Las casas rurales afrontan el verano con un 50% de ocupación

L.N.
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En el sector admiten que buena parte de los establecimientos ribereños con más de diez plazas se encuentran prácticamente vacíos en julio y agosto pero confían en salvar la temporada con las reservas de última hora

Las casas rurales afrontan el verano con un 50% de ocupación

El sector turístico de la Ribera del Duero afronta otro verano cargado de incertidumbre por las restricciones impuestas a estos alojamientos para frenar los contagios por coronavirus. A las puertas de julio, la ocupación de las casas rurales ronda el 50%, aunque con muchas diferencias, ya que buena parte de los establecimientos con diez o más plazas se encuentran prácticamente vacíos y, sin embargo, los más pequeños, con capacidad para seis u ocho personas, rozan el lleno los meses de verano. 

"Se dan casos de alojamientos rurales que ya tienen lleno casi al 100% tanto en julio como en agosto y otros que llevan sin apenas trabajar durante el último año", explica Ana Belén Velasco, secretaria de Acriduero, una asociación que engloba a 23 casas rurales de distintas localidades ribereñas como Tubilla del Lago, Valdeande, Espinosa de Cervera, Baños de Valdearados, Vadocondes o Villanueva de Gumiel, entre otras. 

Teniendo en cuenta que en el nivel 1 de alerta la Junta de Castilla y León establece un máximo de tres grupos de convivencia estable en las casas rurales frente al límite de 10 personas con dos grupos de convivientes máximo en el nivel 2, las casas rurales de la Ribera empiezan a notar "más movimiento aunque sin gran furor". 

Para adaptarse a las circunstancias, los establecimientos de mayor capacidad están optando por cerrar habitaciones y alquilar el resto del alojamiento. "Cumplimos todas las medidas de seguridad e higiene, pero lo cierto es que se están alquilando, sobre todo, las casas más pequeñas, son las que mejor funcionan", agrega Velasco. 

Un ejemplo es la casa rural 1904 que Pilar Manso gestiona en Tubilla del Lago desde el año 2010. Ya tiene reservadas sus cinco habitaciones durante todo agosto por una misma familia y prácticamente todos los fines de semana de julio. Asimismo, Manso cuenta con otros dos apartamentos turísticos que van recibiendo reservas a "buen ritmo". De hecho, explica que en uno de ellos se alojará una familia de franceses que no pudo hospedarse el verano pasado por el confinamiento que sufrió Aranda de Duero en agosto. 

"Estamos trabajando relativamente bien, el verano es época fuerte, pero también otoño", subraya Manso, apuntando que enero y febrero son los meses "más flojos" en cuanto a turismo rural. 

Reservas de última hora. Más allá de ese 50% de ocupación en el que se mueven ahora las casas rurales de la Ribera del Duero para los meses de julio y agosto, desde Acriduero confían en salvar la temporada gracias a las reservas de última hora. "Mucha gente llama un jueves para preguntar si tenemos hueco para el viernes", apunta Velasco. 

En este sentido, defiende que resulta clave ofrecer a los clientes la posibilidad de cancelación gratuita, una opción que les está permitiendo contar con más reservas. "Es un riesgo que corremos, pero si no lo ofreces, mucha gente ni se plantea reservar por la incertidumbre que todavía existe". La secretaria de Acriduero admite que las cancelaciones son una constante ya sea por restricciones cambiantes o por positivos y cuarentenas inesperados y que ella misma sufrió tres anulaciones para un apartamento en una semana, pero que al final tuvo huéspedes. 

Tras indicar que la mayoría de turistas buscan casas con zona exterior, jardín y barbacoa, Velasco destaca que están logrando que el turismo rural de la Ribera del Duero se reactive gracias a determinados eventos organizados por bodegas, así como en el circuito Kotarr.