Triste y vacía se queda Vilviestre sin 'la Emi'

P.C.P.
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Poesías, flores y aplausos para despedir a la mujer que regentó el 'gran bazar' medio siglo

De la tienda que Emi ha regentado «47, 48 o 49 años, que no lo sé fijo», nunca se salía con las manos vacías, aunque fuese difícil elegir. - Foto: DB

Dieron las ocho y se dispuso a bajar la persiana de madera por última vez en 47, 48 o 49 años -«no lo sé fijo»- pero oyó a unos muchachitos fuera y se pensó que venían a por las últimas chuches que le quedaban, unos chicles de fresa. «Les tengo que dejar entrar», se dijo. Pero al ver que no pasaba nadie salió y se le desató el nudo que le atenazaba la garganta durante toda esa jornada, la última de medio siglo de vida laboral, al ver frente a su tienda a sus clientes, prácticamente toda la población de Vilviestre del Pinar. «Era toda mi gente», recuerda emocionada Emi.

Emiliana Mediavilla Diez cumplirá 71 años en marzo y para entonces quizás no se haya acostumbrado aún a vivir sin su comercio. «La tienda lo es todo para mí. Es lo que siempre he hecho. Lo mío era subir las persianas de hierro los domingos, los festivos, el Viernes Santo. Abría siempre. ¡Cómo les dejas sin nada!», explica la mujer cuya jubilación ha privado a Vilviestre del Pinar de su 'gran bazar', del mostrador «que todo pueblo tendría que tener. Allí encontrabas de todo. Y si no tenía lo que buscabas, te llevabas otra cosa, que además descubrías que te servía, pero nunca te ibas de vacío», recuerda Gema, una de las clientas que ya echa de menos a 'la Emi'.

La calle donde vive, justo encima del comercio, aún está llena de confeti. Decenas de vecinos vaciaron bares y casas para salir la tarde de Nochevieja a darle el último aplauso, a reconocer toda una vida de servicio a Vilviestre del Pinar. «No era trabajo, era relax. La tienda era lo mejor del mundo», apunta ella.

Emiliana Mediavilla, con uno de losnramoa de flores que le regalaron sus vecinos.Emiliana Mediavilla, con uno de losnramoa de flores que le regalaron sus vecinos. - Foto: DB

En estos días le han llovido los ramos de flores, las cajas de bombones, los textos y las poesías de agradecimiento. Hasta una pancarta con un 'Gracias por tanto' que ha guardado con todo el cariño. Pero tenía que parar. «Tengo un hijo muy enfermo en Palencia y tengo que ir más a verle», confiesa con pena. Porque de la tienda «no me sacaban ni a la de tres. Mis horas eran sagradas», apostilla.

'La Emi' funcionaba como estanco, quiosco, mercería, juguetería, bazar... «Todo lo que me pedían», apostilla. Y si no lo tenía lo encargaba y a los dos días allí estaba. Y siempre fue fiel al Diario de Burgos.«En mi casa ha estado siempre.Fue el primerito y era el último que hubiera dejado de vender», apostilla. 

'Y esas cuentas tan largas que sumabas del tirón y decías «tú suma también y (en la tercera fila estábamos perdidos ya)», no te equivocabas nunca. Una máquina.

Triste y vacía se queda Vilviestre sin 'la Emi'Triste y vacía se queda Vilviestre sin 'la Emi'

Qué decir de tus productos, lo mismo nos vendías unas bragas que una cazuela. Eso sí todo «ideal». Tú sí que eres ideal y única', le leyó Ana Esther delante de la persiana de hierro, que ya no se volverá a subir. ¿O sí? «Ojalá haya alguien que se quede con ella, para que el pueblo no pierda este servicio», apunta, aunque no sea en su local.

'Gracias por tanto', se leía en la pancarta de despedida.
'Gracias por tanto', se leía en la pancarta de despedida. - Foto: DB

'Te agradecemos ahora
que ya no nos vendes nada
los favores que otrora
lograbas, aún con nevada'
, le rimó con cariño Paco Moral.