El pago de medicinas antitabaco sube la demanda para dejarlo

A.G.
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Las 201 farmacias de la provincia se han ofrecido para ayudar a la correcta dispensación de los fármacos y para identificar a posibles pacientes. Las expertas recuerdan que solo se financiará a quienes cumplan los requisitos que establece sanidad

El pago de medicinas antitabaco sube la demanda para dejarlo

El centro de salud de Gamonal, en general, y su médica María Box, en particular, llevan mucho tiempo plantando cara de una forma especial al tabaquismo, una de las patologías en las que la labor de la Medicina de Familia tiene más incidencia. Entre otras actividades - algunas de ellas dirigidas especialmente a la población infantil y adolescente- hace varios meses, coincidiendo con una campaña del Día Internacional sin Tabaco, colocaron en su entrada un buzón para que las personas depositen allí su intención de formar parte de algunos de los grupos de deshabituación tabáquica que se organizan y, según cuenta la facultativa, se ha notado un claro aumento de la demanda de inclusión en estos grupos «especialmente desde que ha empezado a oírse que iba a financiarse determinada medicación».

Se refiere a los fármacos Champix y Zyntabac, que desde el pasado 1 de enero, como había anunciado previamente el Ministerio de Sanidad, han comenzado a financiarse con cargo al sistema público, una decisión que ha actuado en algunos sectores de fumadores como acicate para proponerse abandonar de una vez una adicción absolutamente nociva y causante de muchas muertes en este país. A juicio de esta experta, la ayuda para comprar unas medicinas que son ciertamente caras -cuestan entre 62 y 287 euros- va a servir para que muchas personas dejen de fumar: «Una de las principales causas de abandono del tabaco es la motivación y el hecho de que se financien los medicamentos va a ayudar a quienes la tienen y que a lo mejor no intentaban la deshabituación por el dinero que cuestan los fármacos».

Box destaca el papel «fundamental» que juega la Atención Primaria cuando una persona decide dejar de fumar no solo en la dispensación de los fármacos, que también, sino en el acompañamiento al paciente para que cambie sus costumbres, no solo en el hábito del tabaquismo sino también en el de la alimentación sana y el ejercicio, que son, según explica, los elementos principales implicados en las enfermedades no transmisibles: « Tenemos que conseguir que los fumadores se den cuenta de los riesgos y desventajas de fumar. Lo más conocido es la posibilidad de acabar con la EPOC y el cáncer de pulmón, pero con el tabaco también la circulación periférica se ve dañada y es muy frecuente el cáncer de vejiga, más frecuentes los tromboembolismos, los abortos espontáneos, la impotencia sexual en los varones... Si el paciente conoce esos riesgos puede que esté más motivado para el abandono del tabaco».

En cualquier caso, recuerda que la inclusión de Champix y Zyntabac dentro de los medicamentos financiados por la sanidad pública no significa que sean una ‘pastilla mágica’ que va a hacer que un fumador se convierta rápidamente en un no fumador. Y es que existen unos criterios muy concretos al respecto de quién puede ser acreedor del copago y las personas que no los cumplan no van a poder recibir la ayuda económica. Son varios los criterios de financiación: que el paciente tenga una motivación expresa para dejarlo, es decir, que lo haya intentado en otra ocasión y que conste en qué fecha; que fume más de 10 cigarros al día y, además, que en el test de adicción a la nicotina conocido como Fageström dé una puntuación igual o superior a 7, que indica que el fumador es altamente dependiente de la nicotina, y que el paciente esté incluido en un proceso de deshabituación tabáquica de Sacyl. ¿Qué ocurrirá, entonces, con las personas -muchas en Burgos- que acuden a programas para dejar de fumar de entidades privadas como la Asociación Española contra el Cáncer? Cree Box que si hay alguna manera de que se certifique para que se pueda registrar en el programa Medora de Sacyl sí podrían incluirse.

También está muy especificado qué profesionales van a poder prescribir ambos medicamentos: solo los médicos de Familia y los que trabajen dentro de las unidades de tabaquismo de los hospitales. En la del Hospital Universitario de Burgos la neumóloga Lourdes Lázaro lleva años trabajando para ayudar a la deshabituación de pacientes con alguna dificultad añadida (como padecer alguna enfermedad crónica). Esta experta, que fue coordinadora en Castilla y León del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, defendió activamente las leyes antitabaco de 2005 y 2011 y desde un principio abogó por que se financiara la ayuda farmacológica para dejar de fumar: «Hubiera sido mejor que esta medida hubiera llegado antes, pero bienvenida sea. Aún así, creo que se queda un poco cojo. Las sociedades científicas piensan que se deberían financiar también las terapias sustitutivas (parches, chicles, caramelos y spray bucal) porque son eficaces. Pero mejor esto que nada». Lázaro explica -de forma muy sencilla- que el Zyntabac es un antidepresivo pero que no se utiliza por esta razón sino porque, además, es eficaz para dejar de fumar, y que el Champix tiene un efecto muy similar a la nicotina a nivel cerebral.

El Colegio de Farmacéuticos, por su parte, ha expresado ya la voluntad de colaborar con la Administración «como un recurso asistencial más a través de las 201 farmacias que hay en la provincia», según explicó su presidente, Miguel López de Abechuco, en la correcta dispensación de los medicamentos y en labores de información y educación sanitaria.