Pinchos y espacio de sobra para paliar el frío de Reyes

S.F.L.
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Como cada 6 de enero los hosteleros de Oña agradecieron la fidelidad de sus clientes ofreciendo aperitivos gratis con cada consumición. Este año pocos vecinos de alterne y menos turistas

Los hosteleros calculan que han elaborado menos de la mitad de tapas que años anteriores. - Foto: S.F.L.

A pesar de que el día amaneció soleado en la villa condal los rayos no tuvieron la suficiente fuerza para que los termómetros sobrepasaran los tres grados. Una jornada fría que a muchos vecinos de Oña y de localidades aledañas quitó las ganas de salir a tomar el tradicional vermú de Reyes, famoso en gran parte de  La Bureba y Las Merindades por ir acompañado de aperitivos gratis. Tal día como el de ayer Oña se convierte en el epicentro de la comarca para alternar con la familia y amigos pero el 6 de enero de 2021 quedará marcado, como no, por la covid-19.

Los pocos onienses que deleitaron los bocaditos que los tres bares que actualmente permanecen abiertos, dos menos que el pasado año, ofrecían a la clientela quedaron muy satisfechos con las elaboraciones y con la atención de los camareros. «Se echa de menos el ambiente de otras navidades y no recordaba un día de Reyes en el que me haya costado menos pedir en la barra», declara Carolina.

En un principio los hosteleros no tenían del todo claro que continuaran con la tradición ya que las restricciones impuestas dificultaban mucho la labor. Finalmente no fue así y apostaron por otra fórmula: entregar las tapas a cada cliente en vez de dejarlas sobre la barra como se venía acostumbrando. Una idea que gustó a muchos ya que «así se evita que algunas personas se atiborren y dejen sin comida a otras que salen más tarde», asegura otro vecino. No obstante, los pinchos no llegaron a terminarse durante el mediodía, algo insólito hasta ahora. «Me ha llamado la atención que apenas se han acercado vecinos de otros pueblos que tal día como hoy no fallan», declara Javier.

Alejandro Llanos, propietario del Rincón del Convento, explica que años atrás elaboran más de 1.000 bocados y este año no han llegado ni a la mitad. «Contábamos con que iba haber poca gente y no nos hemos querido pasar. Además, la plantilla se ha visto reducida en los últimos meses y la carga de trabajo es enorme. Aún así quedamos orgullosos de como ha surgido todo».

Las medidas de seguridad también han obligado a que el formato del aperitivo cambie en el bar Deportivo. «En esta ocasión hemos ofrecido solo tapas mientras que otras veces había raciones de croquetas, langostinos, frutos secos o patatas para que la gente se autosirviera», aclara Jesús Mari, que calcula que han repartido una cuarta parte de comida que antes.

A pesar de que el día de tapeo gratuito sea bastante popular entre los burebanos Javier y su hijo Saul, de Briviesca, desconocían la costumbre. «Hemos hecho la típica parada en Oña para tomar el pincho y no me los han cobrado. No tenía ni idea pero me lo apunto para próximas ocasiones. Una idea original de agradecimiento a los clientes», declara el hombre.