Sin turistas, la Catedral deja de ingresar 250.000 euros

I.L.H.
-

Es el cálculo que hacen con los visitantes del año pasado, que entre el 12 de marzo y el 30 de abril fueron 48.000. El turismo, sin embargo, es su quinta preocupación, detrás de las muertes, la economía, el culto y el VIII Centenario

La Catedral deja de ingresar 250.000 euros por el turismo

La Catedral lleva mes y medio cerrado al turismo y con un ERTE que afecta a 21 empleados (son 23). El monumento ha perdido 48.000 visitantes en mes y medio (entre el 12 de marzo y el 30 de abril), atendiendo a las visitas en estas mismas fechas de 2019. Su ausencia, marcando un precio medio de entrada de 6 euros, supone que el Cabildo ha dejado de ingresar 252.000 euros brutos. Se ha «ahorrado», eso sí, parte del sueldo de los empleados (lo que paga el Estado) y la calefacción, entre otros gastos, salvo durante las dos primeras semanas, tiempo en el que se mantuvo el sistema de climatización del templo y el específico de la capilla de Santa Tecla.

No contar con el ingreso del turismo menoscaba la economía de la Catedral, como ocurre en todos los ámbitos. El Cabildo estima que deberán posponer algunas obras pendientes, como las vidrieras de la capilla de los Condestables (para cuya rehabilitación han presentado una solicitud de ayuda a Fomento), la limpieza del retablo mayor, la restauración de la bóveda y el sepulcro de Santa Ana o los tapices del templo, restauraciones que querían tener avanzadas de cara al año grande del VIII Centenario. También requieren acabar con las humedades del exterior y que en parte se podrán afrontar a partir de las obras de Las Llanas. «Todo eso lo hacemos a base de los ingresos del turismo. Felizmente ha ocurrido con una fase de obras de la Catedral muy avanzada», dice Félix Castro.

Por otro lado y dado que ya estaban en marcha, tanto la limpieza del coro de la nave central como la restauración de la girola siguen su curso sin que el visitante tenga que sufrir los andamios o los paneles que ocultan las obras. En el primer caso esperan tenerlo terminado en junio y el trasaltar deberá estar acabado para noviembre.

Pero pese a lo que supone dejar de ingresar esa cantidad, el Cabildo quiere dejar claro que no es eso lo que más preocupa a la institución. «Ni los turistas ni los ingresos; nos preocupa la realidad», sostienen Juan Álvarez Quevedo, delegado de Patrimonio. Por delante están, al menos, otros 4 asuntos. «En primer lugar las muertes de esta crisis y la Catedral está pendiente de realizar un gran funeral por todas ellas. Nos preocupa también la repercusión económica y laboral que acarrea. En tercer lugar cómo poner en marcha las celebraciones y el culto, y en cuarto, el VIII Centenario de la Catedral y el Año Jubilar».