El centro de desarrollo de tecnologías para la investigación y el almacenamiento de CO2 de Hontomín pasaba por ser uno de los proyecto pioneros en Europa, lo que le convertiría en referente en I+D sobre el comportamiento del CO2 en formaciones geológicas profundas de la zona. Ocho años después, las instalaciones del proyecto de la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden) tendrán que readaptar su función hacia el ámbito de las energías renovables y las posibilidades de su almacenamiento.

Así lo manifestaban ayer el subdelegado de Gobierno, Pedro de la Fuente, y el director de la Fundación, Arsenio Terrón, que visitaron las instalaciones. El delegado argumenta el nuevo horizonte al que se encamina la planta de desarrollo tecnológico de Hontomín en el cambio de políticas energéticas y medioambientales del Ministerio para la Transición Ecológica derivadas de las exigencias que emanan de la Unión Europea. Se entierran así decenas de millones que precisó la construcción de la planta, con un presupuesto inicial de 72,9 millones de euros, y el coste de los sucesivos contratos para el suministro de dióxido de carbono.

Terrón fue ayer muy claro. El centro nació con un objetivo de investigación tecnológico e industrial muy definido en su momento, «pero con el paso del tiempo las estrategias energéticas de nuestro país han cambiado y por lo tanto también ha cambiado el significado de estas instalaciones». En este sentido, el futuro de las mismas, ubicadas en Hontomín, una pedanía de la Merindad de Río Ubierna, deben encaminarse hacia las energías renovables, añadió.

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