Hosteleros prueban que cerrar interiores no frena los casos

G.G.U.
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En el último mes las cifras han sido más altas que entre el 8 de marzo y el 6 de abril, cuando no había clausuras

Las barras muestran los contagios notificados cada día antes y después de decretar el cierre de interiores, el 6 de abril. - Foto: @FEDHostBurgos

La Federación Provincial de Empresarios de Hostelería ha publicado en su cuenta de la red social Twitter un gráfico (en la imagen) que evidencia la ausencia de relación entre el cierre del interior de la hostelería -en los municipios con más incidencia- y la perseguida reducción de nuevos contagios por SARS-CoV-2 en toda la provincia.

Las barras del gráfico cuantifican los nuevos contagios notificados cada día en el período comprendido entre el 8 de marzo (día en el que se reabrieron interiores tras el pico de enero) y el 8 de mayo. Así, la línea transversal amarilla refleja la evolución durante los 29 días en los que los locales de hostelería pudieron servir en terraza y en sala y la de color rojo, lo ocurrido a partir del 6 de abril, cuando la Junta decretó la clausura de interiores en Burgos, Miranda, Medina y Briviesca. En los tres primeros municipios aún no ha habido cambios porque, como se ve, las infecciones diarias distan de haber ido a la baja. El lugar de Briviesca lo ocupa desde ayer Aranda.

En el período de apertura de interiores se produjo un mínimo de 13 nuevos contagios (el 15 de marzo) y un máximo de 140 (el 6 de abril, justo cuando entró en vigor la última restricción para la hostelería). Desde entonces, ha habido muchas jornadas por encima de lo registrado entre primeros de marzo y abril (no el máximo del día 6) y ninguno en el que se haya conseguido mejorar datos. Lo habitual ha sido superar los 50, 75 e incluso los 100 nuevos contagios diarios.

El presidente de la federación hostelera, Fernando de la Varga, comentaba ayer al respecto que «en la gráfica se aprecia que estos 40 días de sacrificio que nos han impuesto no han tenido impacto alguno. Una imagen vale más que mil palabras, y aquí se ve con claridad (...)».

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