Un matrimonio de Araúzo de Torre no podía ni imaginar los problemas que iba a acarrear entre sus descendientes la firma de un testamento suscrito en el año 1984. La pareja, que no tenía hijos, dispuso que una vez fallecieran los bienes y derechos pasarían al otro cónyuge, y cuando éste muriera se dividirían entre las familias de cada uno de ellos. Sin embargo, uno de los sobrinos del hombre lo ocultó durante más de una década para declararse, junto con otros primos, heredero universal de varias viviendas y cuentas bancarias que superaban los 300.000 euros. El Ministerio Fiscal solicita para él 3 años de prisión por un delito de estafa procesal y los familiares afectados reclaman la máxima pena contemplada por la ley, 6 años, además de indemnizaciones en concepto de daños y perjuicios. El juicio, tendrá lugar el  11 de noviembre en la Audiencia Provincial.

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