«Un confinamiento de nuevo es frustrante»

L.M.
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La burgalesa Belén Alonso, afincada en la ciudad austriaca de Linz desde hace dos meses, ve cómo el encierro domiciliario, la supresión de eventos y las restricciones regresan de nuevo

Los famosos mercadillos navideños se han tenido que posponer hasta que termine el confinamiento. - Foto: DB

La burgalesa BelénAlonso vivió el primer confinamiento por la pandemia, entre marzo y junio de 2020, en su casa de Burgos.Aunque trabajaba por aquél entonces en la ciudad austriaca de Graz, el encierro domiciliario lo pasó enEspaña. Una vez superado el mal trago que supuso estar sin poder salir, con las tiendas y bares cerrados y con el miedo a la covid, regresó a Austria.Hace dos meses cambió de aires y se mudó en Linz, en cuyo teatro trabaja como cantante -es soprano-.

Lo que no se esperaba, por nada en el mundo, es que la actual oleada de contagios que sufre Europa fuera a hacerle vivir de nuevo una clausura.Desde el pasado 23 de noviembre, y hasta el próximo 12 de diciembre, Austria está inmersa en un confinamiento a nivel nacional en un intento por reducir los contagios de coronavirus a pocas semanas de Navidad. «Volver a vivir situaciones como la que nos tocó hace casi dos años, cuando se supone que deberían ir a mejor, es frustrante», explica.

Se trata, no obstante, de unas medidas mucho más laxas que las que le tocó vivir enEspaña. Acudir al trabajo, a comprar o incluso pasear o hacer deporte está permitido, mientras que únicamente las tiendas y los bares están cerrados, aunque atienden pedidos a domicilio. «El tradicional mercado de Navidad, muy famoso enLinz, está a la espera de que remitan los casos para reabrir.Eso es psicológicamente duro», asegura.

Aunque ella de momento se ha librado del contagio, varios de sus compañeros de trabajo sí que han dado positivo, lo que les obligó a suspender los ensayos la semana pasada. «Tenemos que cantar, o al menos intentarlo, con mascarilla», recuerda.

A pesar de que los casos diarios han disminuido desde que el Gobierno decidió implementar nuevas medidas de restricción, la tasa de hospitalización sigue aumentando en el país.«La política que han seguido con los test de antígenos creo que ha sido muy buena.Siempre han sido gratis y accesibles en las farmacias.Recogen las PCR en los supermercados y al día siguiente te dan el resultado», explica la burgalesa.

Preocupación. Mientras que España parece que logra contener el alza de nuevas infecciones, la situación epidemiológica en el resto del Viejo Continente es más delicada. «Me han llamado muchos amigos preguntándome qué pasa enAustria», reconoce Alonso.

Apunta a que en nuestro país «lo hemos pasado tan tan mal» y se ha generado tal sensación de miedo que la combinación de ambos factores «ha favorecido que la vacunación esté logrando esos buenos índices o que las medidas se respeten más que en otros países». Compara el caso de España con el de Austria: «aquí por desgracia la gente no se lo está tomando tan en serio.Espero que no tenga que pasar lo mismo que en España para que la población se conciencie», sentencia la burgalesa.