Realizan ya estudios geotécnicos para los enlaces de la AP-1

R.P.B.
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El Ministerio de Transporte y Movilidad está redactando el anteproyecto de mejora de la accesibilidad en el corredor, que contará con tres o cuatro nuevos accesos

Tramo del corredor junto a La Brújula. - Foto: Patricia

El Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana está redactando ya el anteproyecto para la mejora de la accesibilidad de la autopista entre Burgos y Miranda, que tiene por objeto la construcción de nuevos enlaces y la mejora de la funcionalidad de los existentes. Se trata de una obra absolutamente imprescindible desde el momento en el que se descartó la realización de un tercer carril en la AP-1 que hubiese descongestionado el intenso tráfico que registra esta infraestructura desde que se eliminara el peaje a finales de 2018. De esta forma, y tal y como avanzó la Subdelegación del Gobierno en Burgos cuando se cumplió el primer aniversario de la liberalización de la autopista, será el corredor de la Nacional-I, que apenas tiene ya tráfico, el que hará las veces de ‘tercer carril’ cuando sea necesario.

 

Según ha sabido este periódico, se está realizando estos días una campaña técnica "para verificar los datos recopilados de caracterización geotécnica del terreno a efectos de la cimentación de estructuras y aprovechamiento de materiales", si bien todavía no se han sido definidos ni el número de nuevos enlaces -se barajan entre tres y cuatro- ni los lugares en los que se realizarán. "De todas estas ubicaciones a estudiar, se necesita toda la información posible sobre las potenciales afecciones que pueda producir esa construcción de manera que se pueda hacer la selección más adecuada de las ubicaciones a desarrollar en los proyectos de construcción", explican fuentes ministeriales.

 

En este sentido, se han entablado contactos con distintos organismos para "poder valorar las afecciones que se pudieran generar con la construcción de los nuevos enlaces. Se ha enviado solicitud de información a organismos y empresas de servicios como son Adif, CHL, Enagas y las confederaciones hidrográficas del Ebro y del Duero (el corredor viario se halla justo entre ambas cuencas fluviales). También se han tenido reuniones de información con los servicios territoriales de Medio Ambiente y de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León en Burgos". A este último, apuntan las mismas fuentes, se le solicitó información de patrimonio histórico y arqueológico que pudiera estar en el entorno de las ubicaciones estudiadas (no hay que olvidar que, por ejemplo, en las inmediaciones de Monasterio de Rodilla y el Alto de La Brújula, que podría ser uno de las zonas en contar con nuevo enlace, se ubican varios yacimientos arqueológico de gran valor). A este respecto, como ya publicó este periódico en diciembre, los técnicos calculan que entre las conexiones existentes y las nuevas habrá en torno a 15 o 20 kilómetros.

 

Según las mismas fuentes, una vez que se disponga de todos los datos anteriores "se realizará el análisis multicriterio que permitirá elegir una propuesta de ubicación de los enlaces más adecuados". Este estudio será sometido posteriormente a información pública a los efectos de la Ley de Carreteras antes de su aprobación definitiva. Sobre la solución aprobada se tendrán que desarrollar los correspondientes proyectos de construcción para poder licitar las obras, hecho que desde el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana podría ser una realidad este mismo año, si bien no se atreven a asegurarlo.

 

El anhelo del tercer carril. El anhelo de un tercer carril para la AP-1, quizás la salida natural a la saturación de tráfico tras su liberalización, se vio aplazado por una cuestión de contención presupuestaria, toda vez que la implementación de una obra así exigiría una inversión cercana a los 300 millones de euros. Aunque el tercer carril no se ha descartado, desde el Ministerio decidieron apostar por la permeabilidad del corredor; esto es, contando con la vieja -pero bien asfaltada y segura- Nacional-I, entendiendo que esa vía sirve a la vez de respiradero del corredor de la autopista en caso de atascos en operaciones salida y llegada o de accidente que pudiera colapsar la vía de alta capacidad. Sostienen desde el Ministerio que la N-I ofrece capacidad para conseguir los objetivos de seguridad y eficiencia.

 

De esta forma, la permeabilidad de la vía no se quedaría en ambos conceptos, sino que también daría servicio a los pueblos del corredor de la N-I, más aislados desde la liberalización. "La N-I forma parte de la AP-1 y lo hará de forma más sustancial cuando esté permeabilizada, cuando esté conectada. Así, debe entenderse la Nacional I como el tercer carril en muchos sentidos, como en un problema de viabilidad invernal o de un accidente: la N-I, bien conectada con la AP-1, servirá para descongestionar el tráfico, para utilizarse como vía alternativa. Además, es una carretera perfectamente acondicionada a la que no hay que arrinconar por una baja amplitud de miras, sino todo lo contrario. También contribuirá a combatir de alguna forma la despoblación, ya que se conseguirá una mayor facilidad para llegar a los pueblos del entorno de corredor que ahora se han quedado más aislados. Ese concepto, que se está estudiando con los técnicos, es muy importante. Y por eso se va a dar prioridad a la permeabilidad más que al tercer carril, porque cumplirá todos nuestros objetivos", explicaba a este periódico el subdelegado, Pedro de la Fuente.