Hasta ocho denuncias se han interpuesto en el último mes ante las fuerzas policiales por el robo de los catalizadores de otros tantos vehículos, la gran mayoría de ellos cuando estaban aparcados en alguna de las calles de Aranda, pero también se ha dado el caso en algún garaje comunitario. Estas sustracciones no se circunscriben a una zona concreta de la ciudad, sino que los coches afectados estaban en diversos puntos del término municipal.

Esta parte del motor del vehículo es fácil de localizar y sustraer, «tardan dos o tres minutos por cada uno» relatan fuentes policiales consultadas por esta redacción. Los hechos denunciados se reparten por distintas zonas de la capital ribereña, aunque los últimos se registraban en el entorno de la calle Santiago.

El robo de estos catalizadores se está repitiendo de manera destacada en los últimos días, con un grupo de afectados en el entorno de la calle Santiago. Al inicio de esta semana se detectaban cuatro de estos robos, con el consiguiente trastorno que tener inutilizado el vehículo supone para los propietarios. El aviso para navegantes también está recorriendo las redes sociales y varios afectados ubican hechos similares en otras localizaciones, como la zona del parque María Pacheco, la avenida El Ferial o la plaza Zurbarán. 

Esta querencia de los amigos de lo ajeno por los catalizadores de los motores no se debe a que luego revendan la pieza como tal. Alguno puede darse que lo lleven a la chatarrería pero estos robos lo que buscan es extraer el panel de cerámica que llevan dentro los catalizadores y que está recubierto por metales preciosos como el paladio, el rodio y el platino, que es lo que buscan en realidad por su elevado valor. El valor de estos metales ronda los 37 euros por gramo de platino y 21 por el gramo de paladio. En cada catalizar hay, de media, dos gramos de platino, las cuentas salen ventajosas para los ladrones.