Un rayo de sol para tapar a Gwendolyne

Leticia Ortiz (SPC)
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En 1970, Los Diablos se hicieron los dueños de la época estival con un tema que refleja a la perfección lo que es una canción de verano y que, incluso, llegó a superar en las listas a Julio Iglesias

Un rayo de sol para tapar a Gwendolyne

España cambia de década asomándose a una modernidad tardía e importada de aquel turismo que empiezan a ver en la piel de toro un paraíso de sol y playa. Un cambio de aires ligero y siempre con la bendición de la dictadura, que mantiene su férreo control sobre la sociedad, a pesar de la llegada de las guiris y sus bikinis. El famoso Molino de Barcelona, por ejemplo, fue clasurado en este 1970 por sus «repetidas muestras de inmoralidad».

El año en el que ETA comete su primer secuestro, que tiene como víctima al cónsul alemán en San Sebastian, Eugenio Beihl, en los cines triunfa una película con aires folclóricos, pero con una enorme crítica social detrás que, milagrosamente, la censura no vio o no quiso ver: Bienvenido Míster Marshall. 

En el fútbol, Pelé dicta su penúltima lección en el Mundial de México, al que España ni acudió por no haberse clasificado. Nos iba mal en el balompié, pero bien en Eurovisión: cuartos. Y eso que mandamos a un exfutbolista que arrancaba una carrera musical que pocos imaginaban entonces: Julio Iglesias que acudió a Ámsterdam cantándole a Gwendolyne. Tras el concurso, la canción se convirtió en un éxito en territorio nacional, entregado ya a los cantantes melódicos, como Nino Bravo, que acabaría el año en el número uno con Te quiero, te quiero. Víctor Manuel, con El abuelo Vítor, estrenó 1970 en lo más alto.

Pero la época estival es otra historia, con la canción del verano ya consolidada un lustro después de su aterrizaje en España. En ese festivo apartado, los gustos nacionales se alejaban del romanticismo y los solistas para caer en brazos de la diversión y las bandas musicales. Así, Los Brincos (Lola), Los  Canarios (Get on your knees) y Los Payos (María Isabel) se habían alzado con el reconocimiento oficioso en los años anteriores. En 1970, los ganadores de la carrera por sonar en los chinringuitos fueron Los Diablos con un auténtico himno veraniego: Un rayo de sol. Aunque fue un éxito hace más de 40 años, en la actualidad es casi imposible que alguien no conozca el ya famoso «shalalalala oh oh oh» de la banda catalana.

Quince semanas

Versionando al Dúo Dinámico, Los Diablos grabaron su primer disco en 1969 y, apenas un año después, se convirtieron en el grupo de moda gracias a un tema pegadizo y bailable del que se llegaron a vender más de 600.000 copias.  La canción mantuvo el puesto número uno de la lista de Los 40 Principales durante 15 semanas consecutivas, arrebatando el protagonismo a Gwendolyne que parecía destinada a la gloria estival. «Julio (Iglesias) hizo un amago de enfado con nota simpática por este motivo», reconocían los componentes de la banda tres décadas después. 

Sin embargo, como les ha ocurrido a muchos protagonistas veraniegos, el grupo barcelonés nunca alcanzó una fama similar que la de aquel año, a pesar de su dilatada carrera que les mantiene a día de hoy sobre los escenarios. Intentaron, eso sí, repetir el esquema, con temas sencillos, pero muy pensados para sonar en discotecas, fiestas y chinguitos como Fin de semana al año siguiente y Acalorado, en 1974. Pero ninguna brilló tanto como su rayo de sol.