Una pareja de burgaleses ha llegado a un acuerdo con la Fiscalía para cumplir un año y dos meses de cárcel él y un año ella después de vender sustancias dopantes durante cuatro años con las que facturaron más de 1,4 millones de euros y obtuvieron unos beneficios netos de más de 370.000 euros. El Ministerio Público había pedido para ellos penas de prisión de cuatro años para cada uno pero finalmente las partes sellaron una sentencia de conformidad.

El ahora condenado no era médico, ni tenía ninguna formación específica. Ni siquiera autorización. Aun así, se dedicó durante años a distribuir anabolizantes y medicamentos para incrementar el rendimiento deportivo y la masa muscular. Contactaba con sus clientes a través de internet y utilizaba plataformas de pago inmediato para cobrar. Logró amasar cerca más de 1,4 millones de euros que su pareja se encargó de distribuir en varias cuentas a nombre de ambos y al suyo propio para intentar desviar la atención del dinero. Sin embargo, los investigadores lograron seguir el rastro de estas cantidades y también de los envíos que realizaba. En su vivienda, y otros inmuebles de su propiedad, encontraron cajas de estos productos. 

El acusado suministraba a clientes que buscaban incrementar su rendimiento deportivo anabolizantes hormonales, clenbuterol, principios activos como la efedrina, tamoxifeno o insulina. Todo estos medicamentos pueden provocar efectos adversos para la salud humana, «máxime si no son controlados terapéuticamente por un médico». 

Llegó a distribuir estas sustancias con el conocimiento de que la composición declarada en el etiquetado no se correspondía con la real (...).

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