El General no tiene quien le cuide

R.C.L.
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Aumentan las quejas por el descuido del parque General Gutiérrez. Los usuarios ponen el acento en el mal estado de bancos y mesas, la escasez de papeleras y el mal anclaje de las máquinas de ejercicio

La mayoría de los bancos no son aptos para su uso y queda solo la estructura. - Foto: Jesús J. Matí­as

Bancos carcomidos, mesas sin un lugar donde sentarse, barras de metal sin el cubo de basura... Este es el panorama que actualmente vive el Parque General Gutiérrez de Aranda de Duero. Su entorno rural es uno de los atractivos naturales más destacados de la localidad, y los vecinos están siendo testigos del abandono que está sufriendo.

Tras dos años sin albergar el Sonorama Ribera, el parque no ha acogido ningún evento de esa magnitud y se ha convertido en un lugar ideal para la desconexión de los arandinos tras las circunstancias sanitarias. Sin embargo, lejos de estar a la altura, los vecinos continúan con sus quejas por el abandono que sufre. «Es una pena lo desaprovechado que está un entorno natural tan rico», lamenta uno de sus usuarios habituales.

La gente que transita de forma diaria por él, coincide en la palabra que describe su situación actual: «dejadez». El Parque General Gutiérrez abarca un enorme ecosistema tanto de fauna como de flora, pero el mobiliario que lo rodea no se acerca a las exigencias que requiere un lugar así.

Los bancos del interior se encuentran anticuados y muchos de ellos carcomidos. Algo similar ocurre con las mesas. Más allá de estar en un estado crítico, algunas no disponen de un lugar donde sentarse. «No es normal que de cada cuatro bancos, en dos se te quiten las ganas de sentarte», afirma una persona habitual del parque.

Otro de los aspectos que destacan los usuarios es la escasez de papeleras. «No es plato de buen gusto tener que recorrer medio parque para encontrar una basura en condiciones», afirma con resignación uno de sus visitantes. Asimismo, las máquinas de ejercicio recientemente instaladas también son un epicentro de críticas. A pesar de estar bien conservadas, su mal anclaje al suelo pone en peligro la integridad física de los deportistas que las usan.

En cuanto a su naturaleza, todos concuerdan en la riqueza de la misma. Sin embargo, llama la atención el frenético crecimiento de árboles enfermos que componen el parque. Varios de sus usuarios destacan que «el riesgo de desprendimiento pone en peligro la integridad» de las personas.

A pesar de estas quejas, también ha habido mejoras reseñables en cuanto al mantenimiento del lugar. Se está realizando una enorme labor por cuidar la limpieza y evitar la acumulación de residuos en él, y es algo que se puede palpar a simple vista. Sumado a ello, se han corregido los problemas con su iluminación tanto interna como externa en las noches.