Las salidas de vía siguen constituyendo la principal causa de accidentalidad en carretera. Sucede, asimismo, que esta tipología de siniestros es la que arroja una mayor tasa de mortalidad. Y esto se debe, principalmente, a los diferentes obstáculos que se encuentran en las márgenes de las carreteras, siendo el más peligroso de todos los llamados salvacunetas, arquetas o muros de hormigón sobre un tubo de drenaje. Este tipo de construcciones abunda en la Nacional-234, carretera de Soria. Y su maldita existencia se ha puesto en los últimos meses más de relieve que nunca, toda vez que contra este tipo de obstáculos han perdido la vida en los dos últimos meses tres personas en dos puntos distintos de esta vía en la provincia de Burgos, concretamente en los términos municipales de Revillarruz y Hontoria del Pinar.
Santos Hernando, alcalde de Revillarruz, lleva mucho tiempo preocupado con esta cuestión, y se ha dirigido en más de un ocasión al Ministerio de Fomento para reclamar soluciones -que las hay- para evitar que una salida de vía pueda convertirse en una trampa mortal. Sin embargo, sus ruegos no han sido atendidos, y su intención, especialmente a partir de los últimos accidentes mortales, es tratar de hacer fuerza con otros ayuntamientos de esta carretera nacional.
"Con la administración todo es muy lento y complicado. Nos preocupan los salvacunetas pero también muchos de los accesos, que son peligrosos y afectan al movimiento de camiones en la zona. Muchos empresarios se quejan con razón, porque es un riesgo entrar y salir de esta carretera. Hablaré con otros alcaldes para intentar presionar y que nos hagan caso, porque es una cuestión que no puede seguir así. Es muy duro y muy triste que haya personas que pierdan la vida en nuestros pueblos por una circunstancia a la que se puede poner fin", admite el regidor de Revillarruz.
Solución sencilla y barata. Y es que protegerse del riesgo de los salvacunetas no es un asunto complicado, ni caro. Expertos consultados por este periódico aseguran que en la actualidad existen diversas soluciones que se aplican sobre estos pasos salvacunetas y que podrían clasificarse entre soluciones ejecutadas in situ y prefabricadas, teniendo en común todas ellas que son medidas de bajo coste en las que el periodo medio de retorno de la inversión está estimado en un año.
Una de estas soluciones, que puede verse incluso en la N-234 (como puede observarse en una de las imágenes que ilustran este artículo) se compone de una serie de elementos estructurales de hormigón armado y acero galvanizado dispuestos longitudinalmente en las cunetas capaz de evitar una colisión brusca contra el muro que forma parte de los pasos salvacunetas.
Esas rejillas de hormigón no afectan para nada al salvacunetas y, sin embargo, permiten salvar vidas, como ha podido demostrarse ya en varias carreteras. Así, según los expertos, en caso de salida de vía, esa sencilla estructura evita el choque frontal contra el hormigón; lo que consigue es que el coche sortee el impacto y siga su trayectoria hacia la finca aneja a la vía, con lo que no hay impacto frontal (lo que no quiere decir que el accidente no sea aparatoso o grave; pero, desde luego, sí evita el choque frontal, el más mortal de todos).
"De haber habido protectores en estos pasos no se hubiesen producido las últimas muertes", subraya Santos Hernando con convicción. Estudios elaborados por expertos en la materia también aseguran que no vale cualquier sistema de protección. Desde el pasado mes de septiembre, cualquier protector de pasos salvacunetas debe cumplir con unas características definidas por el propio Ministerio de Fomento, alusivas a la pendiente de cada cuneta y al número de toneladas soportables en cada caso.