La Fiscalía de Burgos interesa 10 años de prisión y otros tantos de libertad vigilada para un joven vecino de Aranda de Duero, C.H.E., que agredió sexualmente a una menor en 2018. Considera que se trata de un delito de abuso y no de violación porque no consta que hubiera «violencia ni intimidación» durante la penetración.

La víctima tenía 13 años cuando sucedieron los hechos.Esa noche estuvo de fiesta con una amiga y el acusado, que sobre las 4 de la mañana invitó a ambas a irse con él a su casa. Una vez allí, «con ánimo de satisfacer su instinto libidinoso y a sabiendas de la edad que tenía» la víctima, procedió a meterse en la cama con ella y consumar el acto sexual.

Después, siempre según la versión del Ministerio Público, «la menor continuó durmiendo al lado del acusado hasta las 10:00 horas, momento en el que la despertó su amiga, que también había dormido en la referida casa, y ambas abandonaron el lugar», detalla el escrito de calificación de los hechos, que serán juzgados por los magistrados de la SecciónPrimera de la Audiencia Provincial de Burgos el martes, 19 de noviembre.

La menor padece desde entonces «trastorno por estrés agudo y trastorno de las emociones y de la conducta», según los forenses. Además de las penas privativas de libertad, el fiscal reclama también que se imponga al acusado la prohibición de comunicarse o de acercase a la víctima a menos de 1.000 metros durante un periodo de 10 años. También interesa una indemnización de 30.000 euros.