Con una defensa de manual y la portentosa actuación de Dani López Pinedo, la selección española masculina de waterpolo, como la femenina, se metió en la final del Mundial después de eliminar a Croacia, la campeona mundial y subcampeona olímpica, por 6-5 y obtener el pasaporte olímpico con un año de antelación.
Los de David Martín superaron a los croatas en todas las facetas del juego y solo permitieron la reacción de los balcánicos cuando el partido estaba decidido con 6-3 a minuto y medio del final del partido.
De esta manera, España vuelve a jugar una final mundialista 10 años después, la anterior fue en Roma 2009, una travesía larga, pero que ha finalizado con la llegada al banquillo de David Martín.
El nuevo técnico ha insuflado otro carácter al equipo, que se siente ganador, que tiene un físico portentoso y se ha encontrado con el mejor Dani López Pinedo en tiempo. El portero español finalizó con un 64 por ciento de acierto, pero durante muchos minutos bordeó el 80 por ciento de paradas.
En un partido táctico, de detalles, la diferencia fue la defensa. Martín lo sabía, ordenó un dispositivo zonal, intentó que el balón no llegara a los potentes boyas croatas y el partido fue fluyendo tal y como había previsto.
Perrone y Mallarach dieron las primeras ventajas (2-0), descontó Maro Jokovic; ampliaron las diferencias Tahull y Munárriz, y Xavi García puso el 4-2 en el descanso y el partido se resolvió en el tercer cuarto. La defensa española ahogó a los croatas y en ocho minutos los dejó a cero. Un gol de Blai Mallarach y un penalti transformado por Álvaro Granados abrió las puertas de la final (6-2).
No hizo falta que España anotara más. Jokovic puso el 6-3 en el inicio del último cuarto y la defensa española hizo el resto con ocho bloqueos y las paradas de Dani. A 1:30 para el final, Jokovic puso el 6-4, en el único momento de duda de los españoles, pero supieron jugar sus cartas y el gol de Fatovic, a 14 segundos del final, fue el último canto de los croatas.
Era el 6-5. Atrás quedaron las triples sesiones de entrenamiento, las cargas físicas y ese juego mental del querer y no poder que ha quedado superado. España ha vuelto y su rival de Italia, en una final para disfrutar que se disputará el próximo sábado a las 11,30 CET.
Antes, el viernes, el equipo femenino de Miki Oca se la habrá jugado ante Estados Unidos, en unas finales históricas, ya que nunca antes España había conseguido meter a sus dos equipos en las finales de un Mundial.