Las largas colas que se formaron en el acceso a El Plantío se convirtieron en el único pero del derbi del domingo. Era una situación que el club se temía y su objetivo en estos momentos es el de encontrar una solución. Entiende que las circunstancias del pasado domingo fueron especiales y es que será complicado que todos los partidos de casa haya una entrada como la que se registró en el partido contra el Mirandés.

«Fue la primera jornada con el 100% del aforo y además se jugaba el duelo provincial, lo que hizo que hubiera más público del habitual. Ojalá haya siempre 9.000 espectadores, pero entendemos que será complicado», comenta Diego Martínez, gerente del Burgos CF.

El responsable blanquinegro asegura que buscarán la fórmula para «mejorarlo» y que hablarán con los responsables de seguridad y empleados para pulsar su opinión. Afirma que el domingo se utilizaron «cinco lectores más y se abrieron tres puertas que habitualmente están cerradas». El club quiere evitar molestias al abonado, aunque también señala que «las circunstancias han cambiado» con la llegada al fútbol profesional.

El objetivo es salvar este curso, ya que el próximo, si el equipo se mantiene, LaLiga se haría cargo de la instalación de unos tornos, método que agilizaría la entrada al estadio. «Trabajamos con una distribuidora de entradas homologada por LaLiga y si seguimos en esta categoría todo será más fácil», responde.