De la mano de los diferentes grupos el alcalde ha recibido desde unos collares tahitianos hasta una escultura mallorquina, pasando por platos conmemorativos desde Puerto Rico. El Palacio de Castilfalé se ha convertido esta mañana en la embajada internacional más rica del mundo, culturalmente hablando.

El archivo municipal ha acogido un acto para dar la bienvenida a Burgos a los grupos de danzas participantes en el 43 Festival Internacional de Folclore. Reinas y damas han hecho entrega de una escultura de la catedral de Burgos a cada una de las parejas representantes de las danzas de cada país, recibiendo a cambio un presente local. Así pues, el alcalde, uno de los embajadores, ha sido agasajado con todo tipo de obsequios procedentes de Armenia, Mallorca, Portugal, Puerto Rico, Sri Lanka y Tahití. Y, aunque sin regalos, también se ha reconocido al grupo regional de Zamora y las habituales escuelas de danza burgalesas. En la misma recepción se han presentado los reyes de la 43 edición del festival, ella de Tahití y él de Sri Lanka, y ambos han recibido una pareja de Gigantillos de las manos de las reinas de la ciudad.

En sus palabras de bienvenida, el primer edil se ha mostrado orgulloso de contar con estos grupos en la ciudad y ha agradecido al festival su larga historia de ediciones. Asimismo, Regina Peñacoba, presidenta del Comité organizador, ha destacado la importancia del evento, no solo por ser una fecha fija en el calendario de los burgaleses, sino por conformar “un ejemplo para el resto del mundo”, atributo que espera mantener en los años que siguen.

Aunque el inicio del evento estuvo marcado por la lluvia, la agenda ha vuelto a la normalidad. Hoy se podrá disfrutar a las 21 horas en la Plaza Virgen del Manzano de la actuación de los grupos de Puerto Rico, Tahití, Sri Lanka y Armenia.