Un verano cálido que da paso a un otoño seco

L.M.
-

La estación estival cerró con una temperatura media de 18,6 grados, apenas 0,1 más que el promedio. El déficit de precipitaciones alcanzó casi el 40% a lo largo y ancho de la provincia de Burgos

Imagen del pantano de Úzquiza el pasado 27 de agosto. - Foto: Alberto Rodrigo

Desde las 21:21 horas del pasado miércoles el verano es historia. La Agencia Estatal de Meteorología contabiliza esta estación a lo largo de junio, julio y agosto, un periodo en el que las lluvias han brillado especialmente por su ausencia. Según cálculos que manejan desde la delegación de la Aemet enCastilla y León, a lo largo de estos tres meses han caído 54 litros por metro cuadrados en la base del aeropuerto de Burgos-Villafría.Se trata de una cantidad un 37% inferior -33 litros metros- que el promedio de referencia para el organismo público estatal, 1981-2010, que es de 87 litros.

Ello provoca que la estación se califique como«seca o muy seca», especialmente en el oeste de la provincia.Solo en la zona del norte de las Merindades y en la Sierra de la Demanda las precipitaciones han permitido nombrarla como húmeda. La capital llegó a acumular más de dos meses sin registrar precipitaciones significativas, lo que mermó mucho la situación de los pantanos. El lunes previo a los Sampedros la estación meteorológica que la Aemet tiene en el aeropuerto de Villafría anotó, tras un chaparrón, 8,6 litros por metro cuadrado. Desde entonces y hasta inicios de septiembre la ciudad apenas vio cómo llovían 2,3 litros: lo hicieron repartidos en dos jornadas: la primera fue el 6 de julio, con 0,8 litros, mientras que para la segunda hubo que esperar hasta el 3 de agosto, con 1,6.

Verano de contrastes. La temperatura media registrada por la base climatológica del aeropuerto Burgos-Villafría ha sido de 18,6 grados.Esta cifra es apenas 0,1 grados superior al promedio del periodo 1981-2010. Desde la delegación enCastilla y León el jefe de Predicción, Jesús Gordaliza, explica que en el caso de la provincia de Burgos el verano ha tenido dos fases claramente diferenciadas.

Entre junio y julio las temperaturas fueron inferiores a la media, mientras que en agosto, con la famosa ola de calor de mediados de mes, el mercurio se disparó hasta cotas pocas veces vista.«Lo perdido por un lado por lo ganado en el otro», apunta Gordaliza.

De cara al otoño, en la Aemet prevén que sea una estación cálida y seca, aunque viendo el nivel de precipitaciones actuales, con días de lluvia casi constante como el que registró el viernes la ciudad de Burgos, cueste creerlo.