El Pleno del Senado suspendió a finales del pasado junio la subida del impuesto de matriculación. La medida, a la que se llegó tras una enmienda del PDeCAT, aplazó el aumento de los costes fijos que se han de afrontar a la hora de adquirir un nuevo vehículo hasta 2022. La idea había sido duramente criticada desde el sector de los concesionarios, que ve cómo cada año se completan menos operaciones.

Es por ello que, en plena recta final de 2021, desde la asociación burgalesa reclaman al Ejecutivo y a la clase política que aborden una nueva prórroga de esta medida. De llevarse a cabo tal y como piden, evitarían aumentar el precio de los modelos y, de este modo, tratar de atraer a los clientes más reticentes.

Hasta finales de año, los modelos que emitan menos de 144 gramos de dióxido de carbono (CO2) por cada kilómetro recorrido no pagarán el impuesto de matriculación, mientras que en la actualidad están exentos de abonar esta tasa los coches que emiten menos de 120 g/km. También se quiere modificar el resto de escalones, ya que los vehículos que emiten entre 144 y 192 gramos de CO2 pagarán un 4,75% de este impuesto (120-160 gramos hasta ahora), mientras que un 9,75% lo abonarían aquellos clientes que optasen por automóviles que emiten entre 192 y 240 gramos de CO2 (ahora está en los 160-200 gramos). El último tramo, a pagar por aquellos vehículos que expulsen más de 240 gramos, sería del 14,75% (en la actualidad pagan este porcentaje los que emiten más de 200 gramos de CO2 por kilómetro).

Un alivio para el bolsillo. La prórroga de esta medida ha supuesto, según cálculos del sector, un ahorro medio de alrededor de 1.000 euros a cada nuevo propietario. Como muestra, a lo largo del curso pasado en torno al 70% de los vehículos nuevos que se matricularon en el conjunto del territorio nacional estuvieron exentos de pagar el tributo por emitir menos de 120 gr/km de dióxido de carbono.