La inversión en los quirófanos será de 210.000 euros

Ó.C
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Dentro de la partida destinada por parte de la Junta se incluye también la reforma del paritorio, que se usará para intervenciones generales cuando la planta de operaciones cierre en verano durante las obras

La inversión en los quirófanos será de 210.000 euros

El verano ha sido en los últimos años el momento en el que se aprovecha por parte del Santiago Apóstol para hacer obras de mejora en sus instalaciones, algunas de ellas sin renovar en profundidad desde que se inauguró el centro hace 30 años. Esto es algo que se volverá a repetir en este 2019, aunque en este caso, la reforma se ve como una obligación por la situación que se atraviesa en los quirófanos, que en los últimos meses han tenido problemas para mantener las mejores condiciones por los problemas con las bacterias, lo que ha obligado en más de una ocasión a cerrar el área quirúrgica. Desde la administración regional, entidad responsable del centro hospitalario, ya se ha asignado una partida concreta para esta actuación, por lo que se ha solventado el último paso que quedaba por concretarse, antes de adjudicar las obras con la inversión de 210.000 euros. 

Una cantidad que el representante de la Junta de Castilla y León en la provincia de Burgos, Baudilio Fernández Mardomingo, resalta que tiene dos objetivos. Por una parte, se va a destinar para la reforma integral de dos de los tres espacios del área quirúrgica con los que cuenta el centro hospitalario comarcal. La actuación para solventar el problema con la presencia de bacterias se ha fijado para los meses de julio y agosto, aunque por el momento no se ha concretado las fechas en las que arrancarán las obras, puesto que no se ha cerrado el calendario. 

Sobre el terreno, en un primer momento se fijó como las prioridades el cambio del sistema de climatización y la renovación de las puertas para conseguir sellar las estancias, aunque queda por cerrarse definitivamente cuáles serán las medidas que se tomen, puesto que también se piensa en levantar el suelo.

Dentro del presupuesto de 210.000 euros establecido por la administración regional, también entra una medida que se está acometiendo en la actualidad y que es «complementaria», como explica Fernández Mardomingo, a los trabajos en el área quirúrgica. Se trata del acondicionamiento del paritorio, que se arrancó a primeros de junio y que todavía se está completando. En cualquier caso, las tareas que se están ejecutando en el paritorio se han ideado para que este espacio pueda servir en los meses de verano, en los que los otros quirófanos se cerrarán, para las operaciones se tengan que realizar en el Santiago Apóstol, mientras se ejecuta la inversión.

Fernández Mardomingo apunta a que las obras en el paritorio se terminarán entre esta y la semana que viene, aunque posteriormente habrá que asegurarse de que se encuentra en las condiciones óptimas para poder empezar a darle uso, por lo que será necesario realizar un análisis para asegurarse de que el espacio está limpio de microorganismos. 

Respecto la actuación en sí, entre las tareas más destacadas se encontraba cambiar las lámparas quirúrgicas, los techos del pasillo, así como la iluminación de los accesos. Hay que recordar que hasta que las obras se den por concluidas, las mujeres de Miranda acuden a dar a luz al Hospital Universitario de Burgos.

Por parte del gerente del Santiago Apóstol, Arsenio Besga, ya se indicaba que fijar la partida era el último paso que quedaba para completar al actuación de la reforma integral, para que con ese dinero se puedan contratar las obras. Al margen de esto, también se está terminando de concretar la planificación «de un tema complejo porque el hospital no puede dejar de operar», recuerda.

En este sentido, uno de los aspectos que se espera poder cerrar son acuerdos con otros hospitales, como el de Burgos, para poder destinar a los pacientes que se tengan que operar y que no puedan ser atendidos en Miranda, teniendo en cuenta que «las fechas las vamos a acotar lo máximo posible» y que las obras se realizarán en una época del año en la que baja la actividad quirúrgica.