Reabren agencias de viajes, pero prevén mínimas ventas

B.G.R.
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Aumentan las consultas de ciudadanos, pero no se traducen en ventas. La patronal pide a la Junta «garantías» para que las reservas sean válidas si impone restricciones a la movilidad

Campo levantó de nuevo la persiana de su empresa el pasado mes de marzo. - Foto: Valdivielso

El turismo es uno de los sectores más golpeados por las consecuencias de la pandemia debido a las restricciones de movilidad. Entre las actividades afectadas, las agencias de viajes llevan desde antes de la pandemia sufriendo sus efectos negativos, dado que tuvieron que reembolsar todas las ventas que se cancelaron por este motivo, con un mínima actividad el pasado verano y cierres temporales por la ausencia de actividad. La reapertura se está reactivando, llegando a en torno un 40% de los negocios abiertos en la capital, si bien las previsiones económicas siguen siendo muy bajas para este ejercicio. La presidenta de la patronal Abeav, Icíar Blanco, vaticina una facturación de solo el 20%, contando con una leve recuperación en los meses estivales y en el otoño gracias a un mayor movimiento de viajeros sénior.

Los pronósticos del colectivo están condicionados a lo que ocurra después del 9 de mayo, cuando decae el estado de alarma, y también a la evolución de la campaña de vacunación, ya que muchos clientes prefieren esperar a esta inmunizados antes de realizar planes: «El miedo que tenemos es que a partir de esa fecha podamos seguir teniendo restricciones a la movilidad por parte de la Comunidad».

Esta incertidumbre se traslada también a los ciudadanos. En este sentido, la representante de la Asociación Burgalesa de Empresarios de Agencias de Viajes señala que sí que se está notando un mayor movimiento de clientes, porque «están ansioso de poder viajar», pero ese aumento de las consultas no se traduce en ventas debido a la «inseguridad». Por ello, avanza que la patronal regional solicitará una reunión con responsables de la Junta, entre ellos la consejera de Sanidad, Verónica Casado, con el fin de que la Administración autonómica ofrezca «garantías» al respecto. 

Entre sus peticiones está la decisión que han tomado otras regiones como País Vasco y Madrid durante la pasada Semana Santa de «respetar» aquellas reservas que se realizan con anterioridad a una nueva medida restrictiva. «Sería un balón de oxígeno porque el cliente tendría la seguridad de poder salir», explica, al tiempo que considera que si no se toma algún tipo de medida al respecto el cierre de negocios del sector será «masivo».

Lo que sí que tiene claro el colectivo de cara a la campaña de verano es que el único turismo que se moverá será el nacional, incluidas las islas, en caso de que se permita la movilidad, mientras que sostiene que el internacional estará parado durante todo el ejercicio. Respecto a este último, precisa que son muchas las dudas existentes, ya sean las condiciones y exigencias de cada país a la hora de viajar, incluido el pasaporte de vacunación sobre el que «no hay nada claro». No obstante y siendo «optimista», mira hacia el puente de diciembre para una posible reactivación de este tipo de turismo, al igual que a los meses de otoño como posible época de un mayor movimiento de ciudadanos españoles sénior debido al avance de la inmunización.

Y es que, los retrasos en este aspecto frenan la llegada de reservas, tal y como apunta la vicepresidenta de la asociación, Gema Alonso. «Mucha gente está esperando a que le vacunen», precisa. Los hándicaps son muchos a la hora de cerrar una venta, aunque en las últimas semanas se ha producido un aumento del número de agencias abiertas, que apenas rondaba el 10% a principios de año. Estima que el porcentaje actual puede rondar el 40% en la capital «por si hay algo demanda para el verano», si bien matiza que la inmensa mayoría lo ha hecho con horario reducido.

«Es un negocio pequeño y creo que la gente tiene que saber que estoy aquí»

Rafael Campo reabrió su agencia de viajes, situada en la calle Petronila Casado, el pasado mes de marzo. Lo hizo porque es autónomo, tiene que pagar el alquiler del local y prefería estar a pie de calle que en casa, además de que empezaba a recibir las primeras llamadas de clientes sobre las posibilidades de viajar en verano. «No es un negocio grande y creo que la gente tiene que saber que ya estoy aquí», señala este agente, cuyo escaso trabajo en la actualidad se limita a la venta de billetes de ciudadanos extranjeros que regresan a sus países ya sea de forma temporal o definitiva, sin que haya recibido ninguna petición de alojamiento para otras provincias de Castilla y León. 

Los viajes de novios están parados y las consultas que recibe se quedan en eso porque «no podemos vender sin garantías», a lo que  añade el persistente miedo que hace que muchos prefieran esperar a vacunares antes de salir de casa.   Todo ello le lleva a pensar que las reservas, cuando lleguen, serán de última hora y en el momento que haya «cierta claridad» sobre la situación. El movimiento existente no tiene nada que ver con el de antes de la pandemia, cuando los meses de abril y mayo eran los de mayor «apogeo» de cara a las reservas de verano. Ahora, está a la espera de que lo que suceda a partir del 9 de mayo, con la confianza de que pueda permitirse la movilidad, ya que asegura que «sí habrá movimiento de ciudadanos pero dentro del territorio nacional».