Cuando el enemigo está en WhatsApp

F.L.D.
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A la Comisaría han llegado denuncias de robos de cuentas de la red de mensajería. El delincuente se hace pasar por algún contacto

A la Comisaría han llegado denuncias de robos de cuentas de la red de mensajería. - Foto: Luis López Araico

En ocasiones, las redes sociales generan tantos peligros que es difícil fiarse hasta de las personas conocidas. Ni siquiera en una plataforma aparentemente segura como Whatsapp el usuario está a salvo de los engaños. En la Comisaría Provincial de Burgos han detectado un pequeño repunte de denuncias en las que advierten del robo de cuentas a través de mensajes fraudulentos de contactos de la víctima. La Policía Nacional insiste en la necesidad de extremar la seguridad, incluso en situaciones similares a ésta, para evitar  disgustos. 

Para que esta estafa salga bien al malhechor solo le hace falta paciencia y esperar a que alguna persona peque de confiado. Una vez que pica la primera víctima, es muy probable que detrás lo hagan decenas. Aunque la maniobra no tiene especial complicación, lo cierto es que, tal y como subraya el jefe de Delitos Informáticos en Burgos, Antonio Salguero, es fácil de evitar extremando la precaución y las medidas de seguridad. 

El timador consigue hacerse con el número de teléfono de la víctima y lo introduce en la página de inicio de Whatsapp a la espera de que le manden la clave para activar una cuenta. Para conseguir ese código, se hace pasar por un contacto del afectado y le pide que se lo dicte, pues le habrá llegado a él por SMS. Éste, que se confía, se lo proporciona sin saber que está dando vía libre para que le roben su perfil. 

Como WhatsApp solo puede funcionar en un teléfono móvil, en el momento en el que el delincuente activa desde otro terminal la cuenta con el número de la víctima logra toda la información almacenada hasta ese momento (mensajes, contactos...) y puede disponer de ellos a su antojo. Mientras, el afectado no es consciente de que la ha perdido hasta que no trata de enviar algún mensaje.

Una vez que el ciberpirata tiene el control del Whatsapp ajeno, comienza la segunda parte de la estafa, que es la más importante. Lo primero que hace es intentar hackear las líneas de los contactos para continuar con sus timos una vez que la víctima detecte el robo de la suya. Para ello repite el procedimiento anterior. 

Posteriormente, y valiéndose de la información obtenida de los mensajes guardados, puede acceder a cuentas bancarias en el caso de que el usuario afectado las haya proporcionado a algún conocido, así como de otras plataformas. Pero lo más común es que solicite dinero a personas cercanas, tal y como explica Salguero: «Escriben a algún amigo o un familiar pidiéndoles cierta cantidad. Argumentan que están en apuros y, en ocasiones, consiguen su cometido». Se han dado casos, añade, en los que el delincuente pide un rescate para recuperar esa línea. 

Para evitar esta novedosa estafa, la Policía Nacional aconseja por un lado desconfiar de mensajes, por muy conocido que sea el emisor, en los que solicitan claves para activar cuentas. Mucho menos si lo que pide es dinero. Asimismo, recomienda utilizar medidas de seguridad adicionales, como los sistemas de verificación, para dificultar un posible pirateo.