No será matemáticamente oficial de producirse la derrota porque seguirán quedando aún jornadas para puntuar, pero es evidente que el encuentro que el Blasgón y Bodegas Ceres disputará esta tarde en el pabellón David Santamaría de Guadalajara (18.30h), puede considerarse como la última opción que el conjunto ribereño tiene de aferrarse a la categoría.

Por todo además. Tanto porque la victoria supondría sumar dos puntos vitales a su casillero ante un rival que también se está jugando la permanencia, como porque tras la cita alcarreña será el todopoderoso F.C. Barcelona, con lo que eso supone, quien se encargue de rendir visita al Príncipe de Asturias.

No obstante, dentro de ese escenario tan poco halagüeño a priori para los pupilos de Alberto Suárez, cabe destacar también que la posibilidad de triunfo amarillo no se antoja tan descabellada. Más aún, tras repasar los antecedentes con los que llegará Guadalajara al partido de hoy sábado. Esto es, la necesidad de ganar al haberse complicado la existencia en las últimas cinco jornadas (sólo ha sumado dos puntos de diez posibles), y tras un cambio de entrenador hace apenas 48 horas que pone de manifiesto una clara tendencia negativa.

Circunstancias que bien podrían ayudar sobre el papel al club arandino, pero que no hacen confiarse, pese a todo, a su técnico. Y es que, aunque el asturiano asuma que el club alcarreño «ha perdido un poco» desde la marcha del portero Saeid en Navidades, éste «sigue teniendo un siete inicial de chavales jóvenes de alto nivel» que, además, son «internacionales con las categorías inferiores de la Selección». Un hecho que obligará a la escuadra amarilla a centrarse al máximo en partido si quiere sacar algo positivo de él, pero también a reinventarse dado que, tanto Leonel como Pombo, (lesionados ambos durante los entrenamientos de la semana), serán baja prácticamente segura.