Transportes construirá más muros pantalla contra las grietas

I.E.
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El Ministerio concluye que el agua que cae desde la ladera de la cuesta de la Paloma provoca el problema en la circunvalación, que se solventará también con pozos drenantes

Este es el tramo cerrado al tráfico prácticamente desde que se estrenó, hace cinco años. - Foto: Alberto Rodrigo

Ni la calidad del asfalto ni la manera de aplicarlo tienen que ver con las grietas que aparecen y dificultan el tráfico en el último tramo dela circunvalación de Burgos que se ha puesto en servicio, en concreto hace cinco años. Desde esas fechas, la calzada derecha -circulando hacia Villalonquéjar- de la ronda entre los puntos kilómetros 12,625 y 13 (cerca de la depuradora de Burgos) ha estado infrautilizada porque su continuo mal estado han obligado al Ministerio de Transportes a cortar un carril e incluso a imponer un límite de velocidad inferior a 120 por hora. Ya se sabe la causa  y ya hay una solución. Cuando este lista habrá que ver si funciona.

Pero vayamos por partes. El estudio que ha llevado a cabo la Demarcación de Carreteras echa la culpa de la aparición de las fisuras y del movimiento de las mismas «a la humedad que se aportaba desde la ladera del monte en la cuesta de la Paloma». Dicha humedad «ha ocasionado un descenso de la capacidad de resistencia del relleno utilizado como apoyo del cuerpo de la autovía, que es lo que ha causado su movimiento y las grietas en el pavimento».

Con el propósito de subsanar esta patología, las obras de reparación consisten en la ejecución, por una parte, de una línea de pozos drenantes que eliminen el agua que cae desde la ladera del monte al cuerpo del terraplén en que se asienta la circunvalación. Por otro lado, para su consolidación será necesaria la construcción de unos muros pantalla a modo de contrafuertes en el propio cuerpo de la infraestructura.

La obra que se llevará a cabo no es precisamente sencilla. Para acceder a la margen izquierda de la autovía, que es donde se situará la línea de pozos, es necesario habilitar un nuevo acceso desde un camino situado a media ladera, por encima de la propia BU-30. Este sistema de drenaje «tiene que desaguar al río Arlanzón a través de una canalización subterránea que se tiene que llevar a cabo mediante una perforación desde el propio cauce». Tanto el terreno existente entre la circunvalación y el citado camino, como la parcela de acceso a la zona de perforación, son de titularidad del Ayuntamiento de Burgos, por lo que se ha solicitado autorización para la ocupación de terrenos. De hecho el pasado día 8 de este mes el BOE publicaba el anuncio de información pública y convocatoria al levantamiento de actas para llevar a cabo las expropiaciones. Aunque no habrá mucha dificultad para que salga adelante sin problema porque son de titularidad municipal. No dará lugar el procedimiento, por tanto, a muchas alegaciones.  Y el Ayuntamiento ya autorizó la ocupación el pasado mes de julio.

Por tanto, cada vez está más cerca la solución a un problema que comenzó prácticamente con el estreno de ese tramo de la circunvalación, si bien no hay fecha de cuándo empezarán las obras.