El vestuario del Burgos CF rezuma optimismo. El equipo es líder destacado de su grupo, a falta de dos jornadas ya ha conseguido el pasaporte para el próximo ciclo competitivo y tiene la oportunidad de encarrilar la siguiente fase si hace los deberes ante el Lealtad y el Real Oviedo B. Mientras la luz inunda la trayectoria de la escuadra blanquinegra, Guillermo sigue en el túnel. Aunque parece que por poco tiempo.

El jugador vizcaíno fue reclutado por el área deportiva con la intención de que diera un salto de calidad a la plantilla, más concretamente a la zona ofensiva. Michu, secretario técnico, dejó cuatro fichas pendientes para dotar al equipo de cuatro elementos diferenciadores. Llegaron Saúl Berjón, Elgezabal, Claudio y Guillermo. Los dos primeros se han convertido en  hombres muy importantes para el colectivo, el tercero está un escalón por debajo, pero también está aportando su granito de arena. Las lesiones tienen lastrado al cuarto.

Guillermo se ha perdido 9 de los 16 partidos que ha disputado el conjunto blanquinegro por lesión. Y este fin de semana se perderá el décimo. No estuvo en el Reino de León después de sufrir un leve problema físico ante el Marino de Luanco. Regresó contra el Numancia en casa y el choque en Villaviciosa ante el Lealtad fue el último en el que participó.

una vuelta ko. El 8 de enero, dos días antes de que el equipo se enfrentará en El Plantío al Real Oviedo B, se lesionó en un entrenamiento en la zona de los isquiotibiales. Parecía que su regreso sería cuestión de dos o tres semanas, pero parece que la recuperación se ha complicado más de lo inicialmente previsto. Lo que se desconoce son los motivos. 

Sigue de baja y no jugará  el domingo. Si las previsiones se cumplen, Guillermo estará a disposición de Julián Calero en el último choque de la primera fase ante el Real Oviedo B en El Requexón. Así las cosas, el punta habrá estado durante toda una vuelta de esta primera parte de la competición en el dique seco. Después de todo lo que se ha prolongado la lesión lo que no quiere el club es precipitarse, por lo que esperará a que el futbolista esté totalmente recuperado.

Su ausencia ha supuesto un contratiempo para el cuerpo técnico. Sin embargo, la buena marcha del equipo ha ayudado a echarle menos en falta. La lectura positiva que tiene su ausencia es que el equipo ha sido capaz de alcanzar su primer objetivo y de liderar con holgura el grupo sin su presencia, por lo que su vuelta debe aumentar el nivel del colectivo.

El área deportiva está convencida de que Guillermo será un hombre importante en la segunda fase y que podrá echar una mano al equipo para alcanzar la siguiente meta. Su presencia significará un mayor margen de maniobra en tareas ofensivas y la mayor competitividad en posiciones de ataque. Es un hombre con características diferentes a las de Juanma y Claudio, lo que permitirá a Calero contar con mayor abanico de posibilidades en punta.

Su regreso se puede considerar casi un fichaje y es que en una temporada tan corta como la actual de solo 26 jornadas -si el equipo llega hasta el final- no poder contar con un jugador durante 10 partidos, 9 de ellos consecutivos, hace que su regreso suponga un refuerzo para la plantilla.