Santuario de letras

I.L.H.
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Los jesuitas levantaron la librería que hoy cobija en San Agustín más de 40.000 ejemplares de libros escolares, antiguos o raros, históricos y geográficos de la región. Los fondos de la Biblioteca Castilla y León nutren una exposición en el cenobio

Carmen Miguel, responsable de la Biblioteca Castilla y León, posa con una crónica del Cid de 1593. - Foto: Alberto Rodrigo

Ni huele a madera ni entre sus balaustres se ha detenido el tiempo, pero el aire medieval de su librería sugiere que estamos ante un templo de textos eruditos. Yno erramos. El mueble que atesora los fondos de la Biblioteca Castilla y León (sin la preposición, para diferenciarla de la regional que existe en Valladolid) procede del monasterio de San Salvador de Oña y lleva casi veinte años soportando y custodiando el peso de la sabiduría en el Real Monasterio de San Agustín. Pero pese a ese aspecto que decíamos «medieval», la librería corresponde a otra época. «Los jesuitas hicieron la parte de abajo en torno a 1900 y la parte de arriba es de 1910. Se nota en el antepecho, que es modernista», subraya la responsable del centro, Carmen Miguel. Lo curioso es que cuando se decidió que formara parte de la biblioteca, «se llevó a restaurar a Madrid a finales de los años 90 y las obras en el monasterio se adaptaron para que pudiera acogerlo».

Entre sus estantes -y algunos otros espacios- hay más de 40.000 ejemplares de libros escolares, antiguos y raros, históricos o geográficos sobre Castilla y León y/o autores de la región: unos 28.000 libros, más 4.100 solo de temática escolar, 7.500 folletos y 1.750 libros de la biblioteca de Manuel Machado. Con sus fondos, precisamente, se ha preparado la exposición sobre las publicaciones que había en el Burgos de 1921 y que puede visitarse en el propio monasterio hasta el 2 de mayo.

Los libros escolares, uno de sus fondos más preciados con ejemplares de las editoriales de Saturnino Calleja o Santiago Rodríguez, proceden en su mayor parte de la importante donación de un burgalés, Andrés Ortega del Álamo, que vivía en Valencia y tenía una librería de antiguo llamada Bonaire. Con ellos y los adquiridos después por la biblioteca abarcan de 1850 a 1950.

Curiosa y significativa es también la biblioteca de Manuel Machado «con muchas dedicatorias porque lo que hacía era intercambiar libros con otros literatos». Hay ejemplares firmados por Cela, Menéndez Pidal, Amado Nervo, Dámaso Alonso... «Yen el fondo general hay dedicatorias de investigadores locales, como Fray Justo Pérez de Urbel o Luciano Huidobro», detalla Carmen Miguel.

Entre los legajos más añejos hay una quincena de ejemplares del siglo XVI. «El más antiguo es un libro de oraciones sin fecha porque le faltan los preliminares, pero que creemos es de 1516 aproximadamente». Hay también libros editados por Philippe de Junta y Juan Baptista Varesio como una crónica del Cid de 1593(Chronica del famoso cavallero Cid Ruy Diez Campeador);libros del Cristo de Burgos de 1604;  unos 50 libros del XVII , del siglo XVIIIcasi cuatrocientos... «Tenemos La España sagrada, del padre Flórez que es del siglo XVIII; un original de Las antigüedades de España, de Francisco de Berganza; mapas de Tomás López de 1784 de la provincia de Burgos...», afirma emocionada su directora.

Al ser una biblioteca que no permite el préstamo porque tampoco hay novedades, su política es la de tener un ejemplar de cada libro. «Predomina el investigador local, personas de todo tipo que quieren contar la historia de sus pueblos o aquellas que está haciendo tesis. También hay mucho docente y usuario de boletines antiguos, sobre todo los de Burgos porque dan mucha información local. Son libros para consultar y por lo tanto tampoco es necesario tener un carné», añade Miguel, que recuerda que también atienden desideratas y que todos sus títulos están en el catálogo de la red de bibliotecas.

Aunque no cumpla ese perfil ni quiera consultar tampoco ningún ejemplar, la Biblioteca Castilla y León merece una visita para atender a su librería de madera o pasear por el claustro del propio monasterio. Si lo hace este mes, además, se encontrará en la primera planta la exposición Burgos 1921.