Los auténticos héroes no se creen héroes, somos los demás quienes les consideramos extraordinarios mientras ellos van por la vida con su capa, digo, con su bata, sin darse importancia, con una humildad admirable en estos tiempos de ‘automedallas’.

Los auténticos héroes salvan vidas. Como los súper héroes de ficción, pero de verdad y en una realidad cruda. Hace unos días pudieron leer en estas páginas que uno de esos héroes es quien hace poco ocupaba el banquillo del Plantío. Fernando Estévez ha pasado de salvar la categoría de nuestro Burgos a salvar vidas a bordo de una UVI móvil en Granada. El otro día tuve la suerte de charlar con él. Fatigado tras una guardia de 24 horas, con el dolor a cuestas de no poder ver a sus hijos para proteger su salud, me decía, comentando los aplausos de los balcones, que no merecen tanto, que sólo están haciendo su trabajo. ¡Pero si se están jugando la vida por todos! El doctor lo que desea es volver a ser mister, recibir aplausos en los estadios. La medicina es su responsabilidad, pero el fútbol es su pasión, el que le ilumina los ojos, una mirada que no esconde tampoco el inmenso cariño que guarda por nuestra ciudad.

Hablando de médicos, Chicharito, ex de Real Madrid o Sevilla, se atrevía a decir algo que piensan muchos, que es increíble que a él le paguen tanto por practicar un deporte y a los médicos y científicos tan poco. Y no seré yo la que demonice a los futbolistas por lo mucho que cobran. Ellos sólo sacan provecho de un fútbol descontrolado y exagerado económicamente (algo que creo que esta crisis va a cambiar forzosamente), y muchos de ellos, muchos deportistas, están mostrando una gran solidaridad con cuantiosas donaciones ahora tan necesarias. Que sí, que bien pueden, pero también hay quien puede y no lo hace, así que aprovechemos ahora para elegir bien a nuestros ídolos, que claro que sí, pueden seguir siendo deportistas, sin olvidar a los otros, como el mister doctor.