Los restos del dolmen de Reinoso 'envejecen' 2.000 años

S.F.L.
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Las investigaciones indican que hubo un asentamiento anterior al que se tenía constancia, que data del 3.500 a.C. El equipo de arqueólogos excavará la zona en busca de evidencias

Los investigadores creen que los huesos más antiguos se encuentran en las zonas aledañas al monumento funerario. - Foto: S.F.L.

El entorno del dolmen El Pendón, ubicado en las inmediaciones de Reinoso, alberga restos humanos anteriores a los que hasta el momento el equipo de arqueólogos, dirigido por Manuel Rojo, había encontrado. Tras las últimas excavaciones realizadas en septiembre de 2019, los investigadores han documentado la existencia de un nivel anterior 2.000 años más antiguo que el propio monumento megalítico -que data del año 3.500 antes de Cristo- por lo que existen evidencias que en la zona hubo un asentamiento anterior hace unos 7.500 años.

Los profesionales, que comenzaron con la nueva campaña el miércoles, tratarán de completar la excavación del primer nivel de osario, documentando detalladamente las evidencias de posibles manipulaciones esqueléticas y otras prácticas rito-funerarias, así como las pautas de acceso al sepulcro por sexo y edad. Asimismo, intentarán descubrir los restos más antiguos y documentarlos para dar más realce al sepulcro con el objetivo de que los visitantes puedan apreciar fácilmente cada parte de las que está formado y concluirán con la excavación del pasillo con el fin de catalogar las huellas de los ortostatos que fueron desmantelados para sellar la cámara funeraria para la eternidad.

En la parte occidental del túmulo (montículo que cubre una o varias tumbas) hay un resalte que destaca sobre la totalidad del conjunto y que puede pertenecer también a una estructura arqueológica, ya que del saliente nacen muchas raíces y arbustos. «Para mí es un indicio claro  de que existe materia orgánica por debajo que puede corresponder a un enterramiento de una época posterior a la cámara funeraria», expone Manuel Rojo, catedrático de historia de la Universidad de Valladolid.

Los datos que se van recopilando desde 2016, año en que comenzaron los trabajos, avalan la riqueza de este dolmen tanto en términos cuantitativos como cualitativos. El total de restos humanos supera los 12.000 -teniendo en cuenta que todavía falta por excavar parte del prehistórico cementerio- y los cráneos localizados adelantan el medio centenar. Por el momento «hemos podido catalogar restos de 65 individuos», declara el arqueólogo que añade que «hay que distinguir la labor en el campo, el descubrimiento de material en el monumento del trabajo más costoso, que corresponde a la reconstrucción en el laboratorio y el comienzo de una investigación profunda de cada hallazgo».

El buen estado de conservación del monumento megalítico y del conjunto óseo recuperado ha permitido al equipo de profesionales -compuesto por una docena de personas- rescatar ciertas partes del esqueleto humano que generalmente no suelen conservarse y en el caso de aparecer, lo hacen muy deterioradas como sacros, esternones o manubrios. «Se han logrado identificar bastantes evidencias de violencia en los huesos e incluso puntas de flecha clavas. Esto significa que algunos de los individuos fallecieron por los efectos de conflictos», explica Rojo.

Asimismo, en los estudios llevados a cabo en los laboratorios se ha llegado a la conclusión de que varios miembros sufrían de politraumatismos, afecciones en la columna vertebral, osteoartrosis o desgastes en la mandíbula provocados por «utilizarla como una tercera mano a la hora de trabajar», afirma el director de la excavación.

Pero sin lugar a dudas, el hallazgo que más controversia ha suscitado es el cráneo de una mujer de más de 50 años con cuatro perforaciones en la cabeza: dos junto a los conductos auditivos y otras dos en la parte posterior. La calavera permanece a la espera para hacerla un TAC pero las consultas realizadas a un otorrino indican que la individua padeció una enfermedad auditiva y puede que sobreviviera a una intervención ‘quirúrgica’. «Se están estudiando los orificios y no hay una versión clara», declara el vallisoletano.

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Al margen de los objetivos estrictamente arqueológicos que el equipo de profesionales se ha marcado para esta nueva campaña de excavación en el dolmen de Reinoso, sus miembros quieren fortalecer la promoción, la puesta en valor y la divulgación del monumento megalítico El Pendón. La idea es transmitir la relevancia histórica patrimonial  y el significado del dolmen para consolidarlo como seña de identidad del municipio de Reinoso y de La Bureba.

Para ello, y con el apoyo de la Fundación 3CIN -entidad especializada en la comunicación de la I+D+i-, se ha puesto en marcha una campaña de apoyo online de la construcción funeraria prehistórica a través de la web del Instituto de Promoción Cultural Arcadia y de Facebook, Twitter y Youtube. Durante el mes y medio que durará la campaña el equipo narrará sus avances y vivencias en un blog y contará su día a día en las redes?sociales con el hashtag #DiarioDelDolmen para hacer partícipe del proyecto a toda la sociedad en una innovadora iniciativa de divulgación digital del patrimonio.

Pese a que las excavaciones se hayan retomado, el curso avanzado de arqueología práctica destinado a 30 alumnos de universidades de ámbito nacional e internacional que se iba a impartir este mes se ha suspendido definitivamente. El programa se había desarrollado para trabajar en el dolmen por las mañanas.