Y brille la luz en la tempestad

A.S.R
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Fetén Fetén y Rozalén publican 'Mar en el trigal', una canción alumbrada en una intensa residencia artística en la que aúnan la belleza de las letras de la ganadora de un Goya y la música popular

Jorge Arribas, Samuel Vidal, Rozalén y Diego Galaz, durante una de las jornadas en los estudios Mans de La Coruña.

De días felices, creatividad compartida, inquietud por explorar y jornadas de trabajo a placer surgen cosas bonitas. Lo es Mar en el trigal, la canción alumbrada por Rozalén y Fetén Fetén durante la residencia artística que compartieron hace un mes en los estudios Mans de La Coruña a propuesta de la Fundación Paideia y el programa Hoy empieza todo, de Ángel Carmona, en Radio 3, que ha propiciado otros dúos como los de Kiko Veneno y DMBK, Izal y Depedro o Coque Malla y Morgan. 

El desafío es la composición, producción, arreglos, grabación, mezcla y masterización de un tema en una semana. La albaceteña y los burgaleses cogieron el guante. Y el resultado, ya disponible en todas las plataformas digitales, aúna la belleza de las letras de la reciente ganadora de un Goya a la Mejor Canción por Que no, que no, de la película La boda de Rosa, y las notas de la música popular. 

«Aquí en España no estamos acostumbrados a hacer residencias, pero es muy habitual en otros lugares del mundo. Fuimos sin ninguna idea preconcebida. Al final sacamos instrumentos, empezamos a proponer ritmos, algunas armonías, María empezó a componer melodías, entre todos le dábamos vueltas, buscábamos, parábamos...», relata Diego Galaz y observa que con ese brujuleo anduvieron dos días y medio antes de que Rozalén, que estuvo acompañada por su guitarrista, Samuel Vidal, creara la letra. 

«Es una experiencia alucinante porque vas sin red y corres el riesgo de que no pase nada, que es un fastidio porque es una propuesta ajena, pero en este caso funcionó la magia», exclama el violinista al tiempo que destaca la impronta popular que destila el tema. 

«Mar en el trigal es un ejercicio de búsqueda de la belleza dentro de la crudeza popular. La melodía es muy afable, la letra, muy profunda, pero están los ritmos de las sartenes, la lata de pimentón y demás percusiones», aboceta y confiesa que alguna lágrima sí salió cuando conocieron la letra, «emocionante y honesta».

Fetén Fetén ha tenido a su favor su experiencia acompañando a otros artistas. Tienen muy desarrollada su capacidad de adaptación. También Rozalén se fetenizó. «La única manera de que funcione es aparcar vanidades e inseguridades y poner sobre la mesa lo que cada uno sabe hacer bien teniendo en el espejo al otro artista», concluye Galaz, que habla de Rozalén (para él siempre María) como «una música con mayúsculas, que conoce el oficio». Y lo canta bonito.