Más patrullas refuerzan la vigilancia en la Torre de Miranda

R.C.G.
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La Comisaría admite un «problema de convivencia» con los grupos de jóvenes que se reúnen en la zona los fines de semana. Ya se han puesto multas por el protocolo sanitario y menudeo de droga

La zona tiene varios puntos mal iluminados que ofrecen sensación de impunidad a los jóvenes. - Foto: R.C.G.

Las fuerzas de seguridad reforzarán la vigilancia en Torre de Miranda para poner fin a las molestias que sufren los vecinos cada fin de semana desde que decenas de grupos de jóvenes han tomado el complejo residencial como punto de reunión. Ruidos, vandalismo y peleas son las consecuencias que padecen los propietarios, de las que un equipo de este periódico ha sido testigo directo, lo que ha motivado que los responsables de Policía Nacional muevan ficha para atajar el problema. 

Aunque en las últimas semanas ya se había intensificado el control de la zona, ahora se prestará aún más atención al lugar. La orden es que las patrullas pasen cada poco tiempo y también habrá agentes de paisano. El objetivo es doble, ya que ver a uniformados merodeando suele tener un efecto disuasorio inmediato entre los jóvenes, y por otras parte la actividad de la policía secreta permitirá detectar posibles actos delictivos. 

«Hemos transmitido ya a los vecinos que vamos a hacer todo lo posible por encontrar una solución», asegura el delegado de participación ciudadana de Comisaría, que ha mantenido recientemente una reunión con los residentes en Torre de Miranda para explicar las claves de un operativo que contará también con la colaboración de los agentes municipales. 

Las fuerzas de seguridad no esconden que en los últimos meses en el céntrico complejo residencial «existe un problema de convivencia» por culpa de la presencia cada vez más numerosa de adolescentes. 

Sin embargo, muchos de los actos quedan impunes porque los vecinos no presentan denuncia y tampoco resulta fácil sorprender a los menores en plena comisión del delito. Aún así, fuentes oficiales confirman a este periódico que ya se han tramitado varias sanciones en las últimas semanas por incumplir la normativa sanitaria y también por temas relacionados con la salud pública. 

Algunos  grupos que se juntan en Torre de Miranda, lo hacen simplemente para hablar con los amigos. El ruido y la suciedad que dejan a su paso son problemas secundarios si se comparan con las peleas y el trapicheo de droga que los vecinos padecen por parte de otros jóvenes que van al complejo residencial a hacer botellón. Todo ello en plano centro de la ciudad y por la tarde debido a las limitaciones horarias del toque de queda. 

La situación ha llegado a un punto que la policía ha decidido hacer un «esfuerzo» para evitar que vaya a más, aunque «tampoco podemos descuidar otras zonas de la ciudad que también tienen sus  problemas». Así se traslado a los propietarios en la reunión mantenida entre todas las partes implicadas, un encuentro en el que se pusieron sobre la mesa otras medidas complementarias a la vigilancia policial, como la contratación de seguridad privada. 

Asimismo, también el Ayuntamiento se ha comprometido a colaborar en la búsqueda de soluciones y estudia colocar más puntos de luz en el interior del complejo residencial, que cuenta con numerosos recovecos entre los edificios que ofrecen cierta sensación de impunidad a los jóvenes. 

Las quejas vecinales apuntan sobre todo a que los adolescentes orinan en los portales, consumen drogas y alcohol, generan ruidos, han protagonizado algunas peleas e incluso amenazan a los propietarios que les llaman la atención por su comportamiento.