9.360 test rápidos en Burgos para revelar más positivos

ICAL
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Las pruebas se irán realizando inicialmente a profesionales de hospitales y Atención Primaria y a trabajadores sociosanitarios e internos en residencias con el objetivo de atajar la epidemia cuanto antes

9.360 test rápidos en Burgos para revelar más positivos - Foto: Alberto Rodrigo

La Consejería de Sanidad ha iniciado una nueva fase en la toma de muestras a la población para la detección del coronavirus Sars CoV-2 mediante los denominados test rápidos de punción en el dedo, prueba que tiene como objetivo, como complemento a los ya conocidos test PCR, realizar un cribado amplio de casos en lugares con prevalencia alta de la enfermedad, como son centros sanitarios y residencias de ancianos.

En el caso de Burgos se han recibido 9.360 determinaciones procedentes del Ministerio de Sanidad, de los cuales 6.000 irán destinadas a Atención Primaria e incluyen las pruebas que se realizarán a todos los residentes y profesionales de las residencias del área de Aranda de Duero (873 pruebas) y Miranda de Ebro (403 pruebas). Los hospitales Santiago Apóstol mirandés y Santos Reyes arandino dispondrán de 700 cada uno y la cantidad restante, 1.960, se emplearán en el HUBU.

Aproximadamente, el 25 por ciento de estos test se destinan a profesionales que trabajen en hospitales y un 75 por ciento entre personal de atención primaria, trabajadores sociosanitarios y personas que vivan en residencias de la tercera edad). 

Aquellos pacientes que den positivo en uno de estos test, en los que se obtiene una muestra de sangre por punción digital, serán casos confirmados, y si dan negativo deberán realizar una PCR para verificar de manera definitiva que no existe infección.

Aunque en un primer momento se ha establecido como prioritario hacer estos test rápidos a profesionales que trabajen en hospitales y en atención primaria, a trabajadores sociosanitarios y a personas que vivan en residencias de la tercera edad, las pruebas se irán generalizando a la mayor velocidad posible, porque la clave para atajar la epidemia radica, según los expertos, en la detección precoz de los asintomáticos, que al no sentir molestias pueden facilitar la propagación de la enfermedad y favorecer que se produzca una segunda ola.

En concreto, el personal de Sacyl que deberá hacerse la prueba será aquel con síntomas o con contacto estrecho; el personal convaleciente, a los catorce días de desaparecer los síntomas; y el personal en aislamiento, sin síntomas, a los siete días de aislamiento.

Otro de los grupos prioritarios será el personal que trabaja en residencias de mayores. Así, se harán los test a todos los trabajadores de residencias, tanto las que cuentan con casos positivos (‘contaminadas’), como los de las que no (‘limpias’), con el fin de delimitar las zonas de trabajo en función del resultado, o bien empezar el aislamiento en su domicilio. También se realizará a todos los residentes con casos confirmados o sospechosos, para delimitar zonas.