Un testigo que nunca miente

H.J.
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El Ayuntamiento adquiere un radar láser que permitirá, en combinación con los drones recién incorporados, la investigación de accidentes con la máxima precisión gracias a la tecnología

Un testigo que nunca miente - Foto: Luis López Araico

La Policía Local de Burgos acaba de dar, en solo unas semanas, un salto tecnológico impensable durante años. A finales de agosto presentó la unidad de drones como una importantísima incorporación a la plantilla que se prevé fundamental en búsquedas de personas, control de aglomeraciones y vigilancia de comportamientos incívicos como los botellones. Y para rematar un verano  de estrenos, hace apenas dos semanas recibió un escáner láser que, a modo de cámara de gran tamaño instalada sobre un trípode, se convertirá en la mejor aliada en la investigación de accidentes basada en la tecnología y en combinación con los aparatos voladores.

Ramiro Ruiz y Enrique López son dos de los agentes que estarán encargados de su manejo. Después de muchos meses de formación ya han iniciado las pruebas reales y ambos demuestran estar entusiasmados con el abanico de posibilidades que se empieza a abrir ante sus ojos.

Entre este escáner y las cámaras que llevan incorporadas los drones serán capaces de establecer milimétricamente todos los parámetros que influyen en un siniestro vial, dejando obsoletos a la libreta, el boli y la rueda de medición. Distancias y velocidades quedarán registradas, pero también la imagen en tres dimensiones de un vehículo accidentado para esclarecer dónde se ha producido un golpe, con qué dirección exacta o con qué fuerza.

«Decimos que el vestigio es el testigo mudo que nunca miente», explica Ruiz, porque la tecnología, libre de emociones, de subjetividad y de las trampas que siempre nos tiende el cerebro en situaciones límites, debe ser capaz de aflorar la realidad mediante su reconstrucción. Y todo ello pensando, inevitablemente, en las consecuencias jurídicas y económicas que conlleva cualquier accidente, cuanto más los más graves, porque a veces las repercusiones penales dependen de un solo kilómetro por hora. «La judicialización de un siniestro puede alargarse durante años y así no se perderá información del proceso», destaca López.

(Más información en la edición de hoy de Diario de Burgos)