Cada burgalés genera hasta 300 kilos de basura al año

C.M.
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La recogida en el contenedor gris alcanzó las 53.810 toneladas y se mantiene mientras sube un 5,16% la de los envases

Saber en qué contenedor hay que depositar cada residuo es fundamental para mejorar el reciclaje. - Foto: Alberto Rodrigo

El contenido de las bolsas de basura de un domicilio refleja con bastante precisión los hábitos de consumo de sus habitantes: si es partidario de los productos frescos o prefiere los precocinados o enlatados, si consume alcohol o tabaco, si es lector habitual de prensa o revistas, si prefiere los envases de cartón o papel a los de plástico o vidrio... Y en función de la cantidad de artículos que separe en distintos cubos, se podrá valorar también su grado de conciencia ecológica.

Pero sea como fuere, todo lo que se desecha en el domicilio acaba en los contenedores de basura de la calle, los cuales se han convertido en otro barómetro más para medir el grado de consumo de los burgaleses. Tras una fuerte reducción entre los años 2010 y 2014 como consecuencia de la crisis, el número de toneladas de residuos ha ido creciendo año a año como consecuencia de un mayor consumo derivado de la recuperación económica. En los dos últimos, 2018 y 2019, se ha mantenido en cantidades similares que rondan entre las 66.544 y las 66.350 toneladas, respectivamente, en la recogida realizada en contenedor, según los datos aportados por el Servicio de Medio Ambiente y Sanidad.

Si tomamos como referencia únicamente el contenedor gris, donde se deposita el resto, el año pasado se recogieron 53.810,78 toneladas, un 0,91% menos que en 2018, lo que supone que tocamos a 300 kilos por habitante si lo dividimos entre el total de la población.

Por el contrario, han aumentado las recogidas selectivas en detrimento del resto, lo que quiere decir que cada vez hay una mayor implicación de los ciudadanos a la hora de separar los residuos y gestionarlos de la manera más adecuada. 

Especial crecimiento ha experimentado la recogida de envases (contenedor amarillo) hasta alcanzar los 3.154.000 kilos (3.154 toneladas), lo que supone un incremento del 5,16% respecto a 2018. De este modo, cada burgalés ha reciclado 18 kilos de plásticos o latas a pesar de que en muchas ocasiones hay existe cierta confusión sobre el tipo de envases que pueden depositarse más allá de los brick o las latas. Le sigue en incremento el porcentaje de papel o cartón. Cada burgalés depositó en el contenedor azul una media anual de 24 kilos de papel en 2019. Se recogieron 4.231 toneladas, lo que representa un 2,25% más que el año anterior.  Aunque los ciudadanos tienen a consumir menos periódicos o revistas en formato papel, lo cierto es que el cartón ha cobrado protagonismo a la hora de embalar los objetos y también por el incremento de la compra por internet.

La recogida de vidrio también ha subido un 1,65%, de modo que cada ciudadano recicla 21 kilos. Los  571 contenedores que hay instalados acumularon 3.680 toneladas. 

Desde el área de Medio Ambiente, interpretan estos datos como una buena noticia al considerar que los ciudadanos se están implicando cada vez más.  «Por un lado se ha incrementado el consumo de productos envasados (tanto en envase ligero como en vidrio) y ha aumentado la concienciación y mejores prácticas de separación de los residuos por los burgaleses. Es difícil determinar cuánto influye cada factor, pero el hecho de que se reduzca la recogida de la fracción resto y aumenten las separadas indica una mayor concienciación y esfuerzo  de nuestros ciudadanos a la hora de tratar los residuos», aseguró el concejal de Medio Ambiente, Josué Temiño.

pilas o ropa. Pero no solo se reciclan envases, papel o vidrio. También las pilas o las baterías que se depositan en los mupis instalados en las calles y también en las tiendas, 11,71 toneladas. Según explica, el concejal de Medio Ambiente, Josué Temiño, en el primer caso las recoge Semat, la empresa que gestiona la recogida de basura, y en el segundo,  Ecopilas pero todas las acaba gestionando Ecopilas.

La ropa también es objeto de reciclaje a través de contenedores que se encargan de recoger Cáritas y las Fundación Lesmes. El año pasado se recogieron 714,66 toneladas, un 0,68% menos que el año anterior.

También existe lo que se denomina  recogida puerta a puerta en mercados y comercios, es decir que los operarios del servicio los recogen fuera de contenedor. En el caso del resto, se produjo una disminución tanto en los mercados como en los comercios. En el primer caso fue de un 23,71% y en el segundo, de 11.69%. Por el contrario aumentaron las recogidas de papel y cartón y plásticos un 5,70% (997,79 toneladas de cartón.

El último año se produjo un aumento del 33% en la recogida de residuos voluminosos, es decir mobiliario, colchones y otros enseres del hogar hasta alcanzar las 322,98. Se suelen dejar fueran de los contenedores para que los operarios que acompañan a los camiones que vacían los contenedores los recojan y los lleven a alguno de los dos puntos limpios.