Los negocios de Moratín pierden miles de euros por las obras

Adrián del Campo
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La empresa que realiza la reforma de la vía arandina incumple por segunda vez el plazo de finalización y los establecimientos reclaman compensaciones al Ayuntamiento ante más de 6 meses de restricciones

La calle de la Floristería Vallerola, Moratín, con varios pasos cortados - Foto: A. del Campo

El 31 de octubre expiró un nuevo plazo de finalización de las obras en el entorno de la calle Moratín. Esta vía arandina y sus aledañas Maldonado, Juan Bravo y Padilla siguen ocupadas por máquinas, señales y trabajadores. Más de 6 meses después del inicio, las restricciones al tráfico y a los viandantes se repiten día tras día y los comercios han dicho basta. Los más de 10 negocios que hay en esta zona han decidido elevar una queja conjunta al Ayuntamiento de Aranda. Reclaman compensaciones por los perjuicios que sufren desde que empezaran las reformas -antes de las pasadas elecciones del 26 de mayo- a cargo de una empresa que ya fue sancionada por un primer retraso el pasado 31 de agosto.

Los establecimientos del entorno de Moratín afirman que la idea de exigir responsabilidades al Ayuntamiento de Aranda es unánime entre los diferentes propietarios. Todos coinciden en apuntar las pérdidas de clientes que han sufrido como consecuencia de las obras y las dificultades que estas han generado en sus labores profesionales. Por ejemplo, en Pescadería Francisco fijan las pérdidas económicas en aproximadamente 5.000 euros. Mientras que en Floristería Vallerola, su facturación en el segundo y tercer trimestre de 2019 se ha reducido un 22%, implicando una bajada de ingresos también de miles de euros.

Fue precisamente Floristería Vallerola quien inició las reivindicaciones con un escrito al Ayuntamiento en el que sus responsables confesaban sentirse "desamparados". "Solo podemos ver como nuestros clientes abandonan la tienda", añadían para después reclamar al Consistorio que "se haga responsable de la situación".  Este documento fue enviado por el establecimiento antes del puente de Todos los Santos, época fuerte de la floristería, y no recibió respuesta por parte del la institución local.

Ante el nuevo retraso de las obras, el apoyo a la iniciativa de Vallerola es unánime, como apuntan los negocios consultados. Todos ellos coinciden en la necesidad de reclamar compensaciones al Ayuntamiento aunque algunos no tienen muy claro si servirá de algo. En la pescadería Francisco se preguntan: "¿Cómo demostramos que la bajada de ingresos es por culpa de las obras?". A falta de una respuesta enumeran los problemas que han sufrido, desde una clienta que se cayó al salir del negocio hasta verse obligados a reforzar su fachadas por la intensidad de las obras. 

En la panadería Arrabal también apoyan la reclamación por las pérdidas padecidas y mientras afirman que ellos también sufrieron los retrasos de la Avenida de Burgos, una vecina acusa los obstáculos que a su familia le han generado las obras. Su hija ha tenido que dejar el coche fuera del garaje durante meses por los continuos cortes de las salidas de las cocheras. Aquí, los negocios piden también que se compense a los residentes afectados.

Una vez cumplida la fecha límite del 31 de octubre, el Ayuntamiento tiene que decidir entre las dos opciones que planteó hace dos meses si se daban nuevos retrasos. Una es poner una nueva sanción a la empresa, que sería de otros 44.000 euros, similar a la primera, y la otra alternativa sería rescindir el contrato con Petrolam, la adjudicataria, lo que implicaría la petición de daños y perjuicios y que la compañía no pueda licitar públicamente en cualquier administración de España. Desde la Concejalía de Urbanismo no se han pronunciado al respecto y el silencio reina cuando se llama o envía un whatsapp al edil del área, el popular Alfonso Sanz. La única información llega a pie de obra, donde esperan finalizar los trabajos todavía "en dos o tres semanas" cuando solo falta realizar el asfaltado de la carretera y pequeños detalles como las papeleras.

En la oposición y ante el silencio de la Concejalía, el portavoz de IU, Jonathan Gete, asevera  que "hay que crear mecanismos para que este tipo de empresas no puedan volver a licitar nunca una adjudicación del Ayuntamiento". Añade que son los vecinos quienes "pagan los platos rotos" y que por eso están "en su derecho de solicitar al Ayuntamiento esos daños y perjuicios que están sufriendo" ante los meses de retrasos en las obras.