Esa señora llamada filosofía tiene la palabra

ALMUDENA SANZ
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Dos jóvenes profesores de esta materia hablan de su papel durante la pandemia, de la importancia que debería tener, de si se ha puesto de moda o de su presencia en las aulas con motivo de la celebración el jueves pasado de su Día

Alberto Pascual (profesor en el IES Tierra de Alvargonzález de Quintanar de la Sierra) y Jerusalén Carnero (profesora en el IES Cardenal López de Mendoza de Burgos). - Foto: Patricia

Siempre ha sido una señora respetada, una suerte de estricta señorita Rottenmeier o estirado lord inglés, un tanto distante de la calle, aunque siempre pendiente de esta pues su supervivencia depende de lo que se cuece en la sociedad, de abordarla desde todos sus flancos. Pero a pesar de su necesario protagonismo aún debe hacer sonar sus tacones para que la gente se vuelva a mirarla. La filosofía siempre está ahí, pero pocos reparan en ella. Quizás la crisis provocada por el coronavirus haya encendido un tímido foco sobre ella o quizás debería hacerlo. Dos jóvenes profesores de esta materia, Alberto Pascual y Jerusalén Carnero, se acercan a la realidad que vive esta disciplina con motivo del Día de la Filosofía, celebrado el pasado jueves.

1. ¿Cuál debe ser el papel de la filosofía en esta crisis?
Alberto Pascual. Su papel ahora debe ser el propio de la filosofía, que es la reflexión, ser el pepito grillo que cuestione nuestra vida personal, pero también el papel de la política, la ciencia, la economía... Debe, como hace habitualmente, meterse en todo, cuestionarse y reflexionar sobre cómo se está haciendo ahora y cómo se puede llegar a hacer en un futuro, qué podemos aprender de lo que está pasando y qué podemos cambiar. ¿Personalmente, ha llegado a alguna conclusión? Nadie lo tiene claro. Mi consejo, de andar por casa, es que hay que tomarse las cosas más tranquilamente, intentar ser un poco epicúreo y tener serenidad para, a partir de ahí, tomar decisiones.

Jerusalén Carnero. Es el mismo que en cualquier momento, que es analizar en profundidad la actualidad con un sentido crítico. Es verdad que en tiempos de crisis es más necesaria que nunca y creo que se nota, yo leo más artículos de filósofos en la prensa y en los debates de televisión es más habitual que haya un filósofo o una filósofa, que ya es lo más. Cuando se conoce, gusta el análisis que hace la filosofía y la gente se da cuenta de que ver las cosas con una mirada filosófica puede aportar mucho. ¿Qué hace especial a su análisis? No es distinto a ningún otro si su afán es el de comprender e intentar mejorar. Si haces un análisis riguroso, en profundidad e intentando comprender las cosas estás haciendo un análisis filosófico, da lo mismo desde que especialidad o formación lo hagas. ¿Por qué dice que es lo más si aparece una filósofa en una mesa de debate? Las mujeres en filosofía nunca han tenido un papel muy destacado, aunque está cambiando, ahora cuentan con una mayor visibilidad pública. Históricamente, la filosofía ha sido una disciplina hecha por varones para varones. Una mujer como Adela Cortina, número uno, ha tenido que trabajar mucho más que ellos. Estoy segura. 

2. ¿Se le está dando el protagonismo que se merece?
Alberto Pascual. No. Como en toda crisis, sea esta pandemia, una guerra o algo impactante en la sociedad, se cuestiona el papel de muchas cosas, sale lo bueno y lo malo, y el papel de la filosofía en el día a día tiene poca relevancia por lo que tampoco se le va a dar mucha más en estas circunstancias. Sí van saliendo pequeños atisbos, algunas chispitas, que pueden tomarse hacia esa dirección. Un ejemplo muy sencillo puede ser la serie Merlí, que concita a toda una generación. La gente busca respuestas ante los conflictos y puede dirigirse a la filosofía, que está desde que el hombre es hombre, pero, desde luego, se le debería dar más protagonismo. Ahora no lo tiene. 

Jerusalén Carnero. Ahora mismo está de moda. Hay libros de filosofía que están llamando la atención de mucha gente, incluso de quien antes no había leído nada, como De animales a dioses, del filósofo e historiador iraní Yuval Noah Harari, o los artículos del surcoreano Byung-Chul Han, con menos carácter divulgador que el anterior. Esto evidencia que está en boca de la gente, pero no quiere decir que todo el mundo sepa de lo que está hablando porque como sociedad nos falta formación filosófica, no puede más que faltarnos porque apenas contamos con ella, y se habla de ella desde la superficialidad. Me encantaría que tuviera protagonismo desde el conocimiento, porque realmente la gente cuando la conoce, debate y discute, pero no es la realidad, no todo el mundo está preparado ni para entender ni para discutir filosóficamente. 

3. ¿De qué manera se erige como un refugio en estos momentos?
Alberto Pascual. Es un refugio para tomar perspectiva de lo que sucede, de los problemas, y, depende de lo que leas, también puede ser una distracción como lo es la literatura, es muy bueno que sirva de evasión. Como apunte de profe, a mis alumnos sí les he dicho que la época helenística de la historia de la filosofía era un momento de crisis, en la que el imperio griego se iba al cuerno, y lo que hicieron las escuelas filosóficas era plantearse cómo debían vivir ellos individualmente y también de cara a la sociedad. Creo que en la actual época de crisis podemos volver a esta concepción, a refugiarnos en nosotros mismos y a replantearnos nuestra sociedad. 

Jerusalén Carnero. La filosofía puede ser un refugio porque es un placer hundirte en ella cuando estás encerrado en casa. Es una gimnasia mental buenísima. Me parece un refugio constructivo, es una manera de apartarse, pero no dejas de estar trabajando para ti mismo y para los demás, porque la reflexión filosófica solo puede aportar cosas buenas. 

4. ¿Qué pensadores nos pueden iluminar?
Alberto Pascual. Los epicúreos, estoicos y cínicos, todos los de las escuelas helenísticas, nos pueden servir de refugio y, salvando las distancias, de espejo, y Hannah Arendt, filósofa del siglo XX, interesante por su cuestionamiento sobre el comportamiento humano, cómo somos y cómo actuamos. 

Jerusalén Carnero. Volvería al surcoreano Byung-Chul Han, que ha escrito varios artículos en El País, porque se ha molestado en divulgar un análisis filosófico de esta pandemia y darlo a conocer con términos y perspectiva claramente filosófica. Y siempre podemos recurrir a los clásicos porque han dicho cosas que sirven en todos los casos. Una lectura que estamos recomendando en el departamento de Filosofía es La peste, de Camus, aunque el existencialismo es un poco deprimente y solo se lo aconsejo a personas de espíritu fuerte. En momentos de crisis, quizás, no sea lo más adecuado, aunque sí cuando mejor lo entendamos. ¿Cuál sería lo más adecuado para alegrar el espíritu? ¡Qué difícil! ¿Para alegrarlo? Mafalda. En el sentido de análisis crítico de la realidad no se puede ser más filosófico que Quino. ¿Por qué es difícil dar con filosofía que alegre? Porque es incisiva, porque se empeña tanto en buscar el trasfondo que lo encuentra y cuando uno se topa con este, en un porcentaje alto, no es lo que esperaba o lo que le gustaría. Y a la filosofía conocer a fondo se le da muy bien y por eso en cuanto a análisis de la realidad no suele ser ni la más optimista ni la más esperanzadora. ¿Personalmente, qué relato haría de la realidad actual? Que es una oportunidad para que aprendiéramos de nosotros mismos y de la sociedad que nos rodea para transformarla. Supongo que lo estamos haciendo, pero todavía no se nota. 

5. La Ley Celaá ha provocado una pequeña revolución entre los profesores de Filosofía. ¿Qué está pasando? ¿Qué falla?
Alberto Pascual. Hay un sentimiento inicial de indignación y luego de tristeza. Primero, porque cada Gobierno, tanto a nivel nacional como luego autonómico, por lo menos en Castilla y León, va dando pinceladas en contra de establecer un itinerario en Filosofía, una reivindicación de hace muchos años. Se va dinamitando la materia hasta arrinconarla. En Castilla y León, las Cortes aprobaron en 2018 que Historia de la Filosofía volviese a ser obligatoria en el itinerario de Humanidades y Ciencias Sociales y aún es optativa. La Ley Wert la quito y la Celaá no la recupera. ¿Por qué a los gobiernos se les llena la boca con la importancia de la filosofía y a la hora de la verdad no lo reflejan en el papel? Porque no lo ven útil, no ven una utilidad cortoplacista y pragmática. ¿Y por qué sí es útil? En el mundo de hoy es necesaria porque nuestra vida es muy rápida y la filosofía nos hace pararnos y pensar. 

Jerusalén Carnero. Estamos decepcionados porque había un acuerdo unánime de que la filosofía iba a recuperar el papel perdido con la Ley Wert, porque entonces a todos los políticos se les llenó la boca de lo imprescindible de la educación filosófica y resulta que no lo defienden así. De palabra, todos están con ella; de hechos, ninguno ha movido un dedo. ¿Por qué? Porque, siendo mala, no se saca ningún rédito político. 

6. ¿Con qué interés se acercan los jóvenes a esta materia? ¿Tiene cantera?
Alberto Pascual. Afortunadamente, siempre hay bichos raros en todas las especialidades. ¿Qué ve en las aulas? Hay gente con interés, pero a veces crees que remas contra corriente, cuesta mucho que se vea su utilidad, pero hay excepciones, alumnos a los que les llama la atención, que sacan buenas notas, aunque no vayan a dedicarse a ella. Esa cantera también es interesante, no solo la de futuros filósofos o profesores. 

Jerusalén Carnero. No hay mucha cantera, tampoco estamos trabajando para que la haya, y por eso la poca que tenemos es muy consistente. Con los tiempos que corren, los alumnos que se apuntan a Historia de la Filosofía, con todo el trabajo que hay en 2º de Bachillerato, son una cantera entusiasta, pero escasa. ¿Cómo ve su futuro? Solo puede ir a mejor. En la sociedad está tomando auge y eso acabará calando.