Estudian 2 opciones para suministrar agua potable a Fresnedo

A.C. / Fresnedo
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Las recomendaciones técnicas de la Junta de Castilla y León llevan al Ayuntamiento a desechar la instalación de una planta de ósmosis inversa

El Ayuntamiento suministra agua embotellada desde julio, cuando salieron las primeras analíticas con problemas este año. - Foto: A.C.

El pasado día 15 el alcalde de Villarcayo mantuvo un encuentro con el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Roberto Saiz, y el jefe del Servicio de Medio Ambiente, Javier María García, en el que buscaba conseguir apoyo económico para instalar una planta de ósmosis inversa que diera solución a la falta de potabilidad que, de forma intermitente, sufre el agua de Fresnedo desde 2017. El compromiso de ambos girar una visita técnica a la zona para analizar las distintas soluciones. El jueves, un especialista de la Administración regional presentó a Serna estudios muy diferentes a los realizados por el Servicio Municipal de Aguas, que han llevado al alcalde y al equipo de gobierno a desechar la solución de la ósmosis inversa y apostar por llevar un suministro de agua potable a la pedanía desde la cercana localidad de Torme.

El técnico de la Junta emplazó al Ayuntamiento villarcayés a «intentar por todos los medios realizar un canalización que suministre agua de otro punto a Fresnedo, porque las plantas de ósmosis inversa si que garantizan la potabilidad del agua y eliminan sus metales pesados y otros elementos contaminantes, pero puede generar problemas de mantenimiento a medio y largo plazo», según explica Serna. Así le transmitió que ha ocurrido en localidades de Castilla y León, como ha comprobado después de entrar en contacto con servicios territoriales de Medio Ambiente de otras provincias que conocen las experiencias vividas en sus municipios con problemas de suministro de agua potable.

Las alternativas analizadas para llevar un nuevo abastecimiento al pueblo pasaron por llevarla desde Villacomparada de Rueda, pero esta localidad, que tiene su propia captación y no se abastece con agua de la red de Villarcayo, sufre escasez en verano, por lo que se ha desechado. En Bocos, donde la gestión del agua corre a cargo de la junta vecinal, el regidor señaló a DB que «también alguna vez ha habido problemas en las analíticas», por lo que solo queda Torme, donde «este verano también ha escaseado el agua». Ahora, el Ayuntamiento va a contratar a una ingeniería que realice un estudio sobre varias alternativas. Una pasaría por captar el agua del río Trema y construir una pequeña planta potabilizadora para después conducirla hasta Fresnedo y otra, por conectar el depósito de Torme con la red de Fresnedo, siempre que la junta vecinal de esta primera localidad esté de acuerdo y los estudios concluyan que hay cantidad suficiente para ambas poblaciones.

Asimismo, esta ingeniería ha de precisar cual de los dos recorridos vistos sobre el terreno es el más adecuado para canalizar el agua. La intención es soterrar las tuberías aprovechando caminos y vías públicas para evitar expropiaciones y el largo proceso burocrático que conllevan. Que cumplan esta condición, existen dos alternativas, una que obligaría a enterrar 1,6 kilómetros de tubería y otra de 2,5 kilómetros. También se han de calcular las pendientes para valorar los costes del bombeo del agua a Fresnedo, por estar a mayor altura.

«No nos cerramos a ninguna vía», señala el alcalde de Villarcayo, quien admite que los vecinos unidos en la Asociación AguaZero Fresnedo planteaban la opción de una nueva red de agua desde otra pedanía vecina como la mejor alternativa. Una vez acabados los estudios de ingeniería y decidido qué agua y por donde se canalizará, el Consistorio villarcayés tiene el compromiso de la Junta de Castilla y León de que esta asumirá el coste de la redacción del proyecto.

Más metales en el agua. Mientras tanto, los vecinos continúan bebiendo agua embotellada que les suministra el Ayuntamiento, puesto que los últimos análisis de una muestra tomada el pasado 25 de agosto de su depósito vuelven a arrojar parámetros de fluoruros, arsénico y selenio fuera de los valores permitidos por la normativa de 2003. El fluoruro suma 2,3 miligramos por litro frente al límite legal de 1,5, mientras que el límite de arsénico y selenio esta en 10 microgramos por litro y se han detectado 12 y 13, respectivamente.