Estaba llamada a ser una de las grandes inversiones de la ciudad a lo largo de los próximos años pero tiene todos los visos de quedarse entre las actuaciones no prioritarias por su alto coste y por la complejidad que conlleva una actuación semejante. La reconversión en una avenida urbana de la penetración de Cortes, técnicamente denominada BU-11 y que conecta la plaza del Rey con el Nudo Landa, está actualmente en lo que podríamos considerar como el ‘diván’ municipal, el rincón de pensar en el que deben analizarse pros y contras de los proyectos de forma reposada antes de tomar decisiones.

El alcalde, Daniel de la Rosa, anunció el verano pasado su objetivo de invertir alrededor de 10 millones de euros en esta actuación, pero advertía también de que para ello era necesario primero un acuerdo económico de cesión con el Ministerio de Fomento (actual titular y mantenedor de la vía), con lo que estimaba que los tiempos para remodelar lo que hoy son dos carriles por sentido de tráfico intenso no serían inferiores a unos 5 o 6 años.

Ya apuntaba por tanto el regidor que no debía tratarse como un proyecto para esta legislatura, pero al ser preguntado al respecto el concejal de Fomento, Daniel Garabito, es todavía más cauto. "Habría que hacer un estudio de este tema en profundidad", apunta el edil socialista, y para ello el primer paso sería concretar las condiciones del traspaso con Fomento.

A lo largo de los últimos meses se ha ido retrasando por problemas de agenda de la Jefatura de la Demarcación de Carreteras una reunión en la que, entre otros asuntos, debía empezar a aterrizarse la cesión de la BU-11. Con la nueva situación generada por el Estado de Alarma, ahora se hace impensable calcular cuándo podría celebrarse este encuentro.

Además, recuerda Garabito que uno de los sectores urbanizables que en su día anuló el Tribunal Superior de Justicia es el S-36 ‘Mirabueno’, que inicialmente iba a colocar junto a esta carretera entre 5.000 y 6.000 viviendas y que ahora, al ser replanteado. Está pendiente la decisión definitiva sobre su futuro en la revisión del PGOU que está actualmente en marcha, pero es evidente que sin esa presión demográfica sobre la autovía la necesidad de convertirla en una avenida urbana disminuyen notablemente.

La reconversión de la BU-11 no aparece entre las inversiones prioritarias del acuerdo de presupuesto que firmaron el PSOE y Ciudadanos, lo que también da una idea de que por el momento tendrá que esperar, y aunque el PP respaldaba la idea tampoco es previsible que la oposición exija una inversión así en los duros tiempos que deberá afrontar el Ayuntamiento en los próximos meses (o quizás años) de la recuperación post coronavirus.

Las previsiones municipales pasaban por empezar a esbozar las condiciones de la cesión por parte del Gobierno central durante el otoño pasado y poder firmar el convenio a mediados de 2020. Ahora cualquier estimación de plazos ha saltado por los aires.