Todavía quedan tesoros, ocultos a menudo en desvanes, en anaqueles polvorientos de las librerías de nuestros más mayores, en cajones y baúles que no siempre nos atrevemos a abrir. Son tesoros que se han conservado a través de generaciones, por cariño o por interés, y y a veces se tiene la fortuna de que salen a la luz y son compartidos. Así ha sucedido con un fondo fotográfico que acaba de recibir la Diputación de Burgos. Se trata de 167 negativos en soporte vidrio que conservó hasta su fallecimiento Agustín Díez Montero, y ha sido su familia, en un maravilloso gesto de generosidad, la que lo ha puesto en manos de la institución provincial con el fin de que estas imágenes queden en el archivo de todos, en la memoria colectiva de Burgos. 

Son instantáneas tomadas por un antepasado de la familia Díez Montero entre los años 1890 y 1920, según el pormenorizado estudio realizado por el archivo de la Diputación, que las ha inventariado y datado.Su director, Carlos Marquina, señala que estas fotografías tienen un inmenso valor, ya que muestran vistas y acontecimientos de la ciudad y de la provincia inéditas hasta ahora, toda vez que el autor de las fotografías era aficionado. 

Hay, claro, imágenes familiares, pero la inmensa mayoría aluden a la vida cotidiana. «La primera vez que las vimos nos dimos cuenta de que era un material muy interesante». Agustín Díez Montero las conservó perfectamente en sus antiquísimas cajas, y la Diputación ha procedido a su digitalización, proceso que acaba de culminar y que ha emocionado a la familia, que esta semana pudo ver el resultado en compañía de Marquina y de Raquel Contreras, diputada de Cultura.

En próximas semanas, este fondo estará a disposición de todos los burgaleses que lo quieran consultar en el archivo de la institución provincial. Las imágenes del ‘Fondo Agustín Díez Montero’, que es como se va a llamar, se han conservado bastante bien, aunque haya algunas imágenes que han llegado hasta nuestros días algo estropeadas. El fondo es variado. Llama la atención el alto número de imágenes relacionadas con la escuela de  Pueri Cantores, pero también escenas de la vida de la ciudad y de la provincia que enriquecen la memoria gráfica de esta tierra. «Hay imágenes curiosísimas, de valor histórico». Imágenes del rico patrimonio artístico (especialmente de la Catedral), del antiguo Palacio Episcopal; retratos de grupo; procesiones; arquitectura efímera (como la instalada en 1902 para la llegada a Burgos del rey Alfonso XIII con motivo del eclipse de sol); desfiles militares; estampas relacionadas con la hípica; retratos de músicos, de labriegos, de los gigantones y gigantillos, danzantes y tetines; de lavanderas en el río...