Buscando a la verdadera Cleopatra

Charo Barrios
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El escritor Alberto Angela sorprende a todos con la biografía de una fascinante mujer que fue capaz de cambiar la Historia del mundo

Buscando a la verdadera Cleopatra

Una famosa desconocida, su nariz, sus amoríos, sus múltiples reencarnaciones cinematográficas... La figura de Cleopatra es familiar, incluso, para aquellos a quienes la Historia Antigua les queda muy lejos, pero, ¿de verdad sabemos quién fue?

Alberto Angela, que firma Cleopatra (HarperCollins Ibérica), es paleontólogo, naturalista y divulgador. Asegura que ha necesitado de todos sus saberes para presentarnos a la verdadera reina. «Era una mujer moderna que vivió en la Antigüedad, no es coincidencia que cambiara la Historia». Natural de Alejandría, «un crisol de culturas, fue increíblemente inteligente: hablaba varios idiomas, escribió tratados de ciencia, farmacia y medicina -según las fuentes árabes- y, sobre todo, aprendió a hablar como los estadistas y abogados. Los antiguos dicen que racionaba sus pausas y usaba sus palabras como aguijones, aunque su voz era extremadamente dulce».

Para el autor de esta obra, que ha vendido ya más de 150.000 ejemplares en Italia y se ha traducido a varios idiomas, el mundo que conocemos no sería el mismo sin una gobernante que fue una suerte de catalizador histórico: apresuró procesos que estaban en marcha. «El senado de la República languidecía mientras hombres fuertes se hacían con el poder en Roma, incluyendo a Julio César y a Octavio. Cuando el primero murió no hizo nada más que acelerar un cambio que ya parecía inevitable». 

El investigador se confiesa sorprendido, no era consciente de lo mucho que cambió la Historia del mundo. «Sin ella, el imperio romano que conocemos probablemente no habría existido, o al menos habría sido muy distinto».

La Cleopatra que ha llegado hasta nosotros es como uno de esos monumentos mal restaurados, cargados de apaños que han acabado desvirtuando la obra original. Las grandes incógnitas son ¿qué adherencias hay que quitarle al personaje? ¿Qué no fue Cleopatra?

«No era especialmente bella, pero sí era realmente atractiva. Tenía rasgos prominentes: la gente ha hablado hasta la saciedad sobre su nariz, incluyendo los que decían que si hubiera sido más corta, la Historia de la Humanidad habría cambiado». ¡Ah, la nariz! ¡Cuánto no se ha escrito sobre ella! Angela defiende que «tenía una nariz importante. Pero, sobre todo, impresionaba porque era enormemente inteligente, extrañamente moderna, se había emancipado, era independiente, tenía los pies en la tierra. Si quería algo, sabía cómo conseguirlo». Ahora conocemos que le gustaba provocar, «era lo típico de ella; que era vivaz, indómita, que imponía sus necesidades a los hombres».

 

Cuerpo y mente

Un referente, sin duda. También un ejemplo. «Algo que definitivamente nos enseña es que la inteligencia te lleva mucho más lejos que el cuerpo, y aún más la habilidad de comprender los propios límites y las virtudes personales, para racionalizarlas». Yes que consiguió triunfar en el más sexista de los mundos, en el que solo los hombres mandaban, «como ocurría en todas las sociedades, incluyendo la suya propia, la griega». 

Si se pensara ahora en llevarla de nuevo al cine, una figura icónica como ella podría asemejarse a actrices como Lady Gaga o Angelina Jolie en el papel protagonista. El italiano considera que, tras ver cómo Cleopatra se presentó la primera vez ante Marco Antonio, solo Lady Gaga podría hacerlo igual. Su llegada a Tarso y su aparición ante el general romano fue literalmente igual que lo que la cantante hace en sus conciertos: uso de luz, sonido, música, olores y perfumes para cautivar y sorprender.

Alberto Angela es una celebridad en Italia. Ha sabido servirse de los medios para popularizar la ciencia y la Historia, lo cual es meritorio, más aún en estos tiempos líquidos. «En Italia, la divulgación tiene su lugar e importancia. En otros países es muy complicado encontrar programas en el prime time de los sábados de la cadena pública como es Ulisse en RAI3». 

«El público es muy activo, cuidadoso, con ganas de aprender. Muchos que habían dejado de ver la tele han vuelto». Angela cree que si uno sabe estimular a la gente, la respuesta llega. «Me fascina hablar el mismo lenguaje que quienes vivieron hace cientos de años, es como reunirse con las mentes del pasado, entrar en contacto con alguien que ya no está aquí pero que sigue hablándote».