Humanizar

@LouMatilla
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"(...) Para poder humanizar, primero hay que empatizar con los pacientes; ponerse en su lugar, en nuestro lugar. Y esa empatía debería comenzar no en las UCI, sino en las propias consultas que visitamos (...)"

Cada día que pasa resulta más difícil encontrar personas que empaticen con nosotros dentro de la administración sanitaria y que no se muevan estrictamente dentro de sus normas protocolarias; y es que la situación puede llegar a ser angustiosa y desesperante porque nos hacen sentir como simples números dentro de un sistema que nada tiene que ver con la humanidad, y mucho menos con la búsqueda de nuestro bienestar.

Humanidad; una palabra que no dejo de leer y ver en RRSS y que es el fin de varios proyectos que están en marcha en algunos hospitales. En la Comunidad de Madrid existe el denominado ‘Plan de Humanización de las UCI’, basado en las mejoras humanas, que no técnicas, del cuidado sanitario; ejemplo de ello son la toma de medidas sobre el control del ruido y fomentar espacios humanos que mejoren el bienestar de los pacientes y familiares. También la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, dependiente del Servicio de Salud de Castilla La Mancha, presentó hace unos meses la campaña #HolaYoMeLlamo, englobada dentro del ‘Plan Dignifica’ e impulsada por profesionales de la Unidad de Cuidados Intensivos y que se centra en la necesidad de que se trate a los pacientes no como enfermedades, sino como personas que tienen una enfermedad. Y según palabras del subdirector médico de esta Gerencia, destaca que el simple hecho de que un médico se presente, hace que el paciente sepa que están ahí para ayudarnos.

No me cabe ninguna duda de que para poder humanizar, primero hay que empatizar con los pacientes; ponerse en su lugar, en nuestro lugar. Y esa empatía debería comenzar no en las UCI, sino en las propias consultas que visitamos; en las consultas, en los boxes de Urgencias, en las salas de rayos, resonancias, en los quirófanos, plantas de ingreso…en todas y cada una de las diferentes disciplinas que conforman un hospital; y un buen paso para empezar, sería hacer caso de esa campaña y decir #HolaYoMeLlamo.

Hace unos días pasé por el Servicio de Inspección Médica del INSS. He cumplido un año de baja y quería verme un médico para valorar si debo volver al trabajo o aún no. Puedo decir que salí de allí cuando menos decepcionada. Sí, decepcionada; porque la persona que me atendió tardó bastantes segundos en mirarme a los ojos para hablarme; lo primero siempre es ese ordenador en el que está tu historial, que parece que sea más importante que tú mismo que estás allí de cuerpo presente. Cuando se dirigió a mí, únicamente comentó que tanto la Mutua como ellos, habían decidido que a mi caso hay que darle una prórroga, que la van a solicitar pero que es un Tribunal Médico el que la tiene que aceptar. En ese momento la situación me pareció surrealista y carente de toda empatía, humanidad y todo lo que tenga que ver con la preocupación de un médico hacia un paciente.

He entrado en una sala; al otro lado de la mesa hay una persona que lleva una bata blanca en la que no aparece su nombre en ese bolsillo izquierdo en el que se suele llevar. No se ha presentado, no sé quién es; es más, podría no ser médico porque sólo el hecho de llevar una bata no te acredita como tal, pero a mí sin embargo me han solicitado el DNI al entrar. No ha mostrado ningún interés hacia mi persona, hacia mi enfermedad; ni siquiera me ha preguntado cómo me encuentro, si tengo dolores, en qué fase estoy, cómo lo he llevado o cómo lo estoy llevando. Y además, me afirma que la Mutua y ellos han decidido tal y cuál. ¿La Mutua? Pienso. ¡Pero si la Mutua hace meses que dejó de interesarse por mí! La última llamada que recibí de ellos creo que fue allá por el mes de abril o mayo, ya ni siquiera me acuerdo; ese es el interés que han puesto. Y ya el remate lo pone el que sea un Tribunal el que diga si acepta esa prórroga o no basándose únicamente en los informes médicos, porque a mí ni siquiera me han citado para verme.

Estamos ante un sistema protocolario que nada, nada tiene que ver con esos ejemplos arriba citados y que se alejan mucho de esa ‘Humanidad’ de la que tanto se habla. Y es que, con actuaciones como ésta, nos hacen sentir como simples números, como un simple nombre que aparece en una lista; una lista que hay que despachar en una mañana; porque nada les importa la historia que hay tras ese nombre. Somos pacientes pero también somos víctimas de un sistema nefasto; y por ello, también sufrimos. Así que, permitidme que hoy me levante y aplauda a todos esos médicos y personal sanitario que empatiza con nosotros, a los que se preocupan por los pacientes, a los que se presentan, a los que te reciben con una sonrisa, a los que te miran a los ojos cuando te hablan, a los que te preguntan cómo estás, a los que te explican lo que te van a hacer y por qué, a los que te miman y a los que te cuidan con cariño en los peores momentos; vaya a todos ellos mi máximo respeto y admiración. A todos los demás, darles un simple ‘gracias’ protocolario.