Tras el rastro de los 'supercontagiadores'

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Para los expertos supone un reto descubrir el mecanismo por el cual ciertas personas son capaces de infectar más que la media, unas figuras que podrían llegar a transmitir el virus a entre un tercio y la mitad de la población

Tras el rastro de los 'supercontagiadores' - Foto: SEDAT SUNA

Sabemos que están ahí, pero nadie les ve. Desde que la epidemia se convirtió en pandemia uno de los objetivos de las autoridades sanitarias era localizar a las personas afectadas por la COVID-19, sin síntomas previsiblemente, pero con un potencial de infección tan fuerte que podían extender el virus entre decenas de personas. 

Estos datos se manejaban ya a primeros de mayo, tal y como explicaba el presidente de la Sociedad Europea de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, el doctor Jesús Rodríguez Baño. Aseveraba este experto que «un supercontagiador de un virus o hipertransmisor se considera a aquellas personas infectadas que contagian a un número de individuos mucho mayor que la media». Y gracias a ellos, entre otros factores, el nuevo coronavirus ha logrado dar la vuelta al mundo en solo unos meses -desde mediados de noviembre, según las estimaciones- dejando cifras que congelan la sangre: los casos globales confirmados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a día 1 de junio superaban la barrera de los seis millones y las muertes se elevaban a 371.166.

Desde que el SARS-CoV-2 empezó a mostrarse con todo su potencial, los científicos no han dejado de preguntarse cómo ha sido posible tal nivel de expansión en tan poco tiempo, en lugares tan concretos y de forma tan abrupta. 

«De lo que estamos hablando es de un fenómeno que es terriblemente difícil de estudiar», reconocía el genetista Antonio Salas Ellacurriaga. Este experto aseveraba hace unos días que entre un tercio y la mitad de los contagios por la COVID-19 en España estarían relacionados con este hecho, el de personas que ya sea por sudor con más carga viral o más secreciones respiratorias tengan facilidad para transmitir el agente infeccioso. 

Así se desprende de un estudio genético del virus realizado por cinco expertos españoles liderados por Federico Martinón, jefe de Pediatría del Hospital Universitario de Santiago y el genetista de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago, que ha analizado 4.700 genomas de SARS-CoV-2 y sus metadatos asociados.

En realidad, explica este experto, la figura del supercontagiador no es nueva. Existe en el ébola, pero también en pandemias de coronavirus previos, recientes, como el SARS y el MERS, y otras enfermedades infecciosas comunes como el sarampión, la tuberculosis, etc. La noción del supercontagiador es relativamente fácil de concebir, es decir, todo el mundo puede hacerse una vaga idea. Pero en la práctica resulta muy difícil entender los mecanismos que subyacen a esta figura», determina.

Cuando se sabe, pero tarde

El doctor Rodríguez Baño subrayaba, por su parte, que no se dispone de buenas formas para detectar a una persona que pueda ser superpropagadora de la COVID-19, y menos precozmente. «En general, lo sospechamos a posteriori. Sin embargo, se tiene en cuenta esta posibilidad en personas con síntomas respiratorios intensos, muchas secreciones, por ejemplo, y cuando vemos un agrupamiento de casos muy importante», detalla el especialista en enfermedades infecciosas.

 Con todo ello, y sobre si en España se tiene conocimiento de algún supercontagiador del nuevo coronavirus que ha sembrado el caos en los últimos meses, el presidente de la Sociedad Europea de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica cree que todos los profesionales tienen la impresión de haber atendido a personas en cuyo entorno hay muchos más casos de los esperados.