El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, reclamó ayer al Gobierno de España y de la Unión Europea «firmeza» en las negociaciones que se van desarrollar en los próximos días para evitar los efectos de la política arancelaria unilateral con la que amenazó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ante la sentencia de la OMC por las ayudas de Airbus, y que, en términos económicos, podría suponer pérdidas de casi 30 millones para las exportaciones agroalimentarias de la Comunidad. Carnero reconoció que esos aranceles, de imponerse, tendría efectos en «sectores fundamentales» como los del vino o la carne. Es por eso que anunció que en esta semana convocará a los sectores profesionales y afectados para «ver las medidas que podemos adoptar» en caso de que Trump cumpla su amenaza, y mitigar así esos efectos.

El titular de Agricultura destacó, no obstante, que lo más relevante de la reunión mantenida en el seno del Consejo Consultivo para la Política Agraria Comunitaria reunida ayer en Madrid en el Ministerio de Agricultura, fue la «posición unánime» de las comunidades frente a esta incidencia y defender así una posición única en la Unión Europea. Es por eso que reclamó «firmeza» para «ser capaces de llegar a un punto de acuerdo que suponga los menores efectos para los productos de Castilla y León», manifestó al término del encuentro.

En este sentido, aseguró que aún tiene «confianza» en las posibilidades de la diplomacia y las negociaciones por lo que invitó a «esperar» para «ver si se impone un punto de razón» porque, según recalcó, «hablamos de productores pero sobre todo de consumidores», según informa Ical

Financiación

Además, en el marco del encuentro entre el Ministerio y las comunidades Carnero volvió a exigir de la futura PAC que «mantenga y garantice el nivel de financiación actual» que se encuentra en torno a los mil millones de euros para la Comunidad. Una postura en la que destacó el respaldo consensuado por las asociaciones profesionales y agrarias de Castilla y León, y que dijo estar «muy trabajada» por lo que mantendrán ese objetivo. Así, el consejero compartió algunos de los conceptos que incorpora la nueva política agraria como el del «agricultor genuino» y para que las ayudas supongan un «complemento» a los ingresos, y no la fuente de ingresos principal. Un concepto que consideró muy vinculado con la agricultura familiar en la región porque, al fin y al cabo, «hablamos de agricultores que asumen un riesgo empresarial», dijo. También quiso destacar la vinculación que debería tener la PAC con el fenómeno de la despoblación para que los fondos Feader contemplen «un suplemento» para zonas despobladas.