Marta Milans, del Valle de Manzanedo a Hollywood

R. PÉREZ BARREDO
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La actriz triunfa en películas y series a la vez que hace de embajadora en Estados Unidos del queso que fabrica su padre junto al monasterio de Rioseco

La actriz, entre cabras de la finca Santa Gadea, propiedad de su familia. - Foto: Patricia Salinero

Lleva los dos últimos años sin parar, triunfando como la rutilante estrella en la que ya se ha convertido con mucho esfuerzo y una fe inquebrantable. Estos días, su bello rostro es uno de los más vistos en televisión merced a la serie que está arrasando en la pequeña pantalla: Los favoritos de Midas. Y algo de aquel rey que convertía en oro todo lo que tocaba tiene Marta Milans, actriz cuya carrera se ha cimentado en Estados Unidos, país en el que, amén de ejercer su profesión, ha hecho las veces de embajadora de lujo de un producto gastronómico muy especial: el queso 'Santa Gadea' que elabora la empresa de su familia en el burgalés Valle de Manzanedo, al abrigo del Monasterio de Rioseco. Alfonso Pérez-Andújar es el impulsor de esta explotación, donde se encuentra el mayor rebaño caprino ecológico de toda Europa. Y el orgulloso padre de la artista.

"Se lo ha currado mucho, esa es la verdad. Han sido muchos años de esfuerzo. Y sí, estoy encantado con su éxito. Y muy orgulloso", explica Pérez-Andújar, quien no regatea ni un ápice del éxito internacional de su queso, especialmente en el siempre complicado mercado yanqui, a la labor de relaciones públicas realizadas por Marta, de Boston a Nueva York pasando por Los Ángeles. "Ella tiene muchísimos contactos, y buena parte de la presencia y comercialización del queso Santa Gadea en Estados Unidos ha sido gracias a que ha compaginado su carrera como actriz con la representante o comercial de nuestro queso", señala ufano el empresario.

"Aquí estoy, helada de frío", dice al otro lado del teléfono, desde Nueva York, esta actriz que es todo simpatía y naturalidad, y que ya está contando las horas para regresar a España y pasar varias semanas de diciembre y enero en la finca Santa Gadea, un lugar muy especial para ella. "Es un sitio tan bonito y la casa que tenemos es tan acogedora, que siempre que puedo voy. Lo que sucede es que me he pasado los últimos cuatro años subida a un avión, sin parar de trabajar, que por otro lado es lo que siempre he querido", explica. 

Marta, junto a su padre, Alfonso Pérez-Andújar, el pionero de la primera granja ecológica de cabras ubicada junto al Monasterio de Rioseco. Marta, junto a su padre, Alfonso Pérez-Andújar, el pionero de la primera granja ecológica de cabras ubicada junto al Monasterio de Rioseco. - Foto: Patricia Salinero

Nacida en Madrid en 1982, Marta Milans quiso hacer realidad su sueño de convertirse en actriz y con 19 años se marchó a Nueva York a estudiar Teatro e Historia del Arte. "Han sido muchos años de mucha lucha, y de mucha soledad también. Vivir lejos de tu familia siempre es duro. Se pasa mucho tiempo sola. Es verdad que mi momento profesional es bueno, pero no puedo olvidar todo lo que ha habido detrás. He tenido la suerte de trabajar en grandes e importantes proyectos y ahora la gente me reconoce. Y me hace sentirme orgullosa. He alcanzado mi sueño y es fantástico. La única pega ha sido la pandemia, que ha parado varios proyectos", señala.

El éxito le llegó antes en Estados Unidos, donde echó raíces -hizo teatro independiente- y así llegó a la gran y la pequeña pantalla, participando en series y películas allí antes que en España. Aún está disfrutando el exitazo de ¡Shazam!, película de superhéroes que ha arrasado en la taquilla norteamericana con cifras históricas. "Ha sido mi trabajo más importante", subraya. Antes de que la malhadada pandemia irrumpiera en el mundo, ya se estaba preparando una secuela del exitoso filme, que espera pueda retomarse a comienzos del año que viene. Antes de Los favoritos de Midas, el público español pudo disfrutar de la interpretación de Marta Milans en otras dos series de gran acogida: El embarcadero y White Lines, de Álex Pina, también creador de ese boom llamado La casa de papel.

Y mientras rodaba aquí y allá, con un pie en Los Ángeles y otro en Nueva York, tuvo tiempo de hacer labor comercial para la empresa Santa Gadea, radicada en Burgos. "Cuando mi padre empezó a introducir la marca en Estados Unidos yo fui su embajadora. Me recorrí todas las ferias de gourmet -estuve en Nueva York, en Washington, en San Francisco... A todas iba con mi stand de Santa Gadea, tan contenta y orgullosa. Encantada, vamos. Al fin y al cabo, estaba vendiendo un producto que es de mi familia y, de alguna forma, tenía cierta relación con mi trabajo. Digamos que, como actriz, tengo que venderme a mí misma y probar que valgo y que me quieren contratar para hacer películas y series. Así que vender un producto, que además es fantástico y de mi familia, no me resultó complicado. Al revés, se lo vendería a cualquiera ¡incluso al que es alérgico al queso!".

Refugio para desconectar. Para Marta Milans, la finca Santa Gadea, enclavada en el precioso Valle de Manzanedo, es el lugar idóneo para descansar. "Es el mejor sitio del mundo para desconectar y cargar pilas". A la actriz le entusiasma pasear por el monte junto a su padre y cocinar. "Cuando llego, reemplazo a mi padre en la cocina. Es algo que me encanta. Cocinar con los productos que tenemos allí: los huevos de nuestras gallinas, los productos de la huerta... Allí todo me sabe súper rico. La verdad es que disfruto mucho viviendo el proyecto tan bonito que ha desarrollado allí mi padre, con las cabras, el queso, el proyecto sostenible y ecológico. Es una gozada contemplar su creación y sentir lo orgulloso que está él de lo que ha conseguido. Una pasada", concluye.