Rescatan otros 77 perros en un piso y en una finca de Melgar

F. TRESPADERNE
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Ocho más aparecieron muertos y devorados. Testigos presenciales calificaron de «espeluznante» el estado en el que estaba la vivienda del centro del pueblo. La Guardia Civil también entró en la casa de la madre para rescatar 4 yorsay

Rescatan otros 77 perros en un piso y en una finca de Melgar - Foto: Alberto Rodrigo

El criadero de los horrores de Melgar de Fernamental, clausurado el miércoles por la Junta, tenía su prolongación, no menos horrorosa, en un piso del centro de la localidad y en una finca donde el dueño ocultaba más de setenta perros, muchos de ellos en unas condiciones lamentables, con sarna, mordidos, con tumores y una deficiente alimentación. Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, con una orden judicial, y acompañados por personal del juzgado que instruye las diligencias y del centro del centro canino La Yosa (Valladolid), completaron el viernes la operación iniciada hace tres días y procedieron a rescatar 77 canes vivos y 8 muertos.

Testigo presenciales del operativo calificaron las imágenes vividas en el piso, donde localizaron a 38 perros vivos hacinados y dos muertos, y en una finca, allí fueron 35 los animales vivos y seis los fallecidos, de «espeluznantes», afirmando que «en el piso no se veía el suelo de la mierda que había» y que el olor «era insufrible». No menos horrible era la situación en la situación en que estaban los canes de la finca. Además, los agentes accedieron a la vivienda de la madre del dueño del invernadero, de la que rescataron cuatro yorsay pequeños.

El pasado miércoles, cuando la Junta clausuró el criadero por las condiciones de habitabilidad e higiene en las que se encontraba, dando de esta forma continuidad a una operación iniciada el 23 de enero, solo había 14 perros vivos y otros 14 muertos, cuando en algunas inspecciones se llegaron a contabilizar más de un centenar y durante las inundaciones de diciembre 83 vivos en total, ya que también aparecieron algunos ejemplares ahogados y uno atropellado. Al parecer, tras las reiteradas denuncias e inspecciones administrativas, el criador decidió trasladar al piso y a la finca de su propiedad la mayor parte de los perros ante la inminente clausura de las instalaciones del criadero, donde comenzó unas reformas que no fueron suficientes para la Junta.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)