¿Es Nacho un asesino en serie?

J.M.F. (SPC)
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El hombre que acabó con la vida de Marta Calvo podría tener el perfil psicológico de un criminal que disfruta matando a mujeres con sexo

El joven, de 37 años, tenía una gran actividad en redes sociales y ahí conoció a Marta.

Hoy se reanuda la búsqueda de Marta Calvo en la localidad valenciana de Manuel, donde se le perdió la pista, y en los alrededores, así como en el vertedero de Dos Aguas. Mientras, se clarifica la personalidad de su presunto asesino, Jorge Ignacio Palma Jácome, más conocido como Nacho en los ambientes nocturnos de la Ciudad del Turia.  

Parece demasiada casualidad que este joven de 37 años, que quiso celebrar su cumpleaños por todo lo alto con Marta y horas antes con otra chica, esté implicado de forma accidental en dos muertes confirmadas y en otra confesada a través de una práctica sexual poco conocida, la fiesta blanca, que consiste en introducirse cocaína en los genitales para potenciar la excitación. Los efectos pueden ser devastadores, ya que si la droga es de gran pureza, en roca -que parece que suministró este conocido camello-, la mujer puede sufrir un infarto por sobredosis.

Son hasta seis los casos que por el momento podrían estar entrelazados entre sí, y que manejan los investigadores de la Guardia Civil que andan detrás de este hombre barbudo, amante de las motos, dedicado al tráfico de estupefacientes por toda la península... y quizás un asesino en serie.  

Por un lado, la desaparición de Calvo -él asegura que la descuartizó tras despertarse y encontrarla muerta en la cama-, pero también la de Wafa Sabbah, de 19 años, que vivía tan solo a 10 kilómetros del lugar en el que Marta estuvo por última vez, en Manuel. Y porque se la vio por última vez una semana después, el 14 de noviembre. La chica acababa de irse a vivir allí con un amigo, que desconoce su paradero y que ha sido interrogado repetidas veces por la Guardia Civil. Está descartado, en principio, como sospechoso. El móvil de la adolescente, así como sus redes sociales, está en un silencio que ha dejado rota de dolor a una familia, que teme que Wafa haya compartido el destino de Marta.

Mientras, la Policía Nacional ha reabierto dos investigaciones sobre la muerte de dos prostitutas. Una brasileña que falleció en abril  tras mantener relaciones sexuales con el hombre ahora encarcelado en la prisión de Picassent. Nacho concertó una cita con ella en un prostíbulo. Tras un rato en la habitación, huyó. Las compañeras de aquella mujer accedieron a la estancia y se la encontraron en plena sobredosis. Dos meses después, otra meretriz perdió la vida en Valencia tras el encuentro sexual que entabló con un hombre que los agentes creen que es el colombiano.   

Además, otras dos prostitutas le denunciaron la semana pasada. Recuerdan su rostro, su barba, su actitud violenta hacia ellas, la insistencia en que se introdujesen cocaína en sus partes más íntimas. A ambas les propuso la fiesta blanca. Una se negó. La otra dijo que Palma la había drogado introduciendo alguna sustancia en su bebida.

Los agentes temen que este sujeto, que estuvo en la cárcel en Italia, no pueda ser acusado de asesinato. Si las fiestas blancas fueron consensuadas... ¿Pero y si no? ¿Y si la droga tenía tal pureza que podía ser mortal y él lo sabía?

Término del FBI

El origen del término asesino en serie se remonta a los 70. Lo acuñó el FBI. Se produce cuando uno o más individuos cometen un segundo y/o posterior crimen. No hay relación anterior entre la víctima y el agresor, los asesinatos posteriores ocurren en diferentes momentos y no tienen relación aparente con el inicial, y suelen cometerse en una localización geográfica distinta. Vagabundos, inmigrantes, homosexuales, niños desaparecidos, mujeres que salieron solas de casa, ancianas, universitarios, pacientes de hospital o prostitutas suelen estar entre sus preferencias.