Arlanzón y Úzquiza mantienen sus reservas aunque no llueve

L.M.
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La gran cantidad de agua caída en primavera y verano provocó que el nivel de los embalses a 30 de septiembre, fin del año hidrológico, fuera catalogado de «histórico». Este hecho ha permitido que el volumen no haya caído mucho en este seco invierno

Arlanzón y Úzquiza mantienen sus reservas aunque no llueve - Foto: Jesús J. Matías

España, y por ende la provincia de Burgos, se encuentra a día de hoy en «sequía meteorológica».Durante el pasado invierno apenas ha llovido la mitad de lo que debería haberlo hecho para poder hablar de una estación que se ha desarrollado acorde a los parámetros normales. Vista esta situación, los meteorólogos han alertado del problema y los profesionales que viven de la tierra, como agricultores y ganaderos, llevan esperando ansiosos las borrascas que por fin parece que harán acto de presencia en la península a partir de mañana.

Lo normal en esta situación sería que el volumen de agua acumulada en los embalses registrara niveles bajos, pero curiosamente ocurre todo lo contrario; tanto Úzquiza comoArlanzón se encuentran en una situación muy similar a la del año pasado. El primero, con capacidad de 75 hectómetros cúbicos, tenía ayer embalsados 59, mientras que hace un año eran 56,9. El de Arlanzón, bastante más pequeño (puede llegar a contener ‘solo’ 22 hm3), en cambio ha pasado de los 20,9 del curso pasado a los 17,5 actuales. Sin embargo, este ha recibido 481 litros de agua (vía lluvia o deshielo) por metro cuadrado desde el inicio del año hidrológico, por los 364 de Úzquiza.

Para encontrar la respuesta a esta paradoja hay que remontarse 12 meses, hasta el inicio de la pasada primavera. Del 1 de marzo al 31 de mayo, la estación meteorológica situada en el Aeropuerto de Burgos registró hasta el triple de precipitaciones cada semana de lo normal para esa época del curso. Por ejemplo, si la mediana desde 1981 hasta 2010 era que cayeran algo más de 75 litros por metro cuadrado entre el 12 y el 19 de abril, el año pasado se rozaron los 200. En verano la situación siguió igual; la segunda quincena de julio se acumularon el doble de precipitaciones de lo normal. «El nivel de los embalses al final del año hidrológico fue fantástico, alcanzó valores históricos con un volumen embalsado superior al 50%, cuando lo normal es que se mueva entre un 30 y un 40%», explica José Antonio Ruiz, Jefe del área de Explotación de la Confederación Hidrográfica del Duero.

Esta situación provoca que la campaña de riego «esté prácticamente garantizada» en toda la cuenca, aunque en el caso de los embalases burgaleses no tiene tanta importancia este hecho, sino que el agua se destina más al consumo humano. A pesar de estos buenos datos, hay zonas como el Pisuerga-Bajo Duero y el sistema de Las Cogotas, en Ávila, que no tienen garantía para los cultivos.

en la línea. «Tanto Arlanzón como Úzquiza se encuentran en una situación de plena normalidad y acorde a la media de los últimos diez años», indica Ruiz, que recuerda que cada cierto tiempo se produce una sequía meteorológica.La última vez que este fenómeno extremo afectó al norte de la cuenca del río Duero fue el curso 2016/2017. «Tuvo carácter de histórico», asegura el Jefe del área de Explotación de la CHD.

Si durante esta primavera se volvieran a alcanzar niveles de precipitaciones similares a los del año pasado, los embalses burgaleses cuentan con cierto margen antes de tener que evacuar agua para mantenerse dentro de los límites recomendados, un hecho que en Barrios de Luna, en la provincia de León, ha obligado este jueves a actuar y soltar agua.

A la lluvia habría que sumar el aporte que llega desde las montañas con el deshielo, pero la nula presencia de nieve en las cumbres de la Sierra de la Demanda aleja la posibilidad de altos puntos de caudal en los próximos días o semanas. No obstante, si la masa de aire muy frío que llega mañana a la Península acaba provocando nevadas en cotas altas, esta eventualidad volvería a estar encima de la mesa de los profesionales de la Confederación Hidrográfica del Duero.