Otro suspenso en la autoridad del docente

H.J.
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Tras el caso de Roa, una profesora del Juan de Colonia también ha visto cómo Educación le corrige al alza dos notas que su departamento había avalado y ha remitido una queja al Defensor del Pueblo

Marta Martínez imparte clases en el Juan de Colonia - Foto: Patricia

Marta Martínez no había visto nada igual en sus 29 años de docencia. Regresar de las vacaciones de verano y encontrarse con que ha sido desautorizada por la Dirección Provincial de Educación. Que han aprobado a dos alumnos a los que ella había suspendido y cuyas notas también había confirmado el departamento de Formación y Orientación Laboral al que pertenece, en el centro Juan de Colonia de la capital burgalesa.

Se sintió a partes iguales "indefensa e indignada", y pocos días después se identificó con la historia que este periódico publicó sobre una profesora de Roa de Duero a la que también Educación le enmendó la plana tras haber suspendido a un alumno por considerar que había copiado en la prueba final de Biología. Por eso se ha decidido a contar su particular decepción.

Martínez imparte sus clases en una modalidad online que los estudiantes eligen libre y voluntariamente porque al mismo tiempo trabajan, son de fuera de Burgos o no pueden asistir a clases. Así ocurrió también el curso pasado desde un principio, con lo que en su caso nada cambió cuando en marzo el país tuvo que confinarse y se suspendió toda la docencia presencial.

Un alumno y una alumna del ciclo de Comercio Internacional suspendieron en la primera evaluación, realizada en enero, y tampoco lograron aprobar en la correspondiente recuperación. Aunque la enseñanza es online, los exámenes sí que eran presenciales, algo que hubo que cambiar tras la pandemia. Por eso en una nueva recuperación final, realizada en este caso en junio, el examen fue a través de una plataforma digital.

En ella, y tras diversos problemas técnicos que a juicio de la profesora no influyeron para nada en las calificaciones, los mencionados estudiantes tampoco lograron dar la vuelta al suspenso de enero. Como no estaban de acuerdo con la nota recibida, presentaron una primera reclamación al departamento (formado por tres profesores del centro) y éste se las rechazó.

Sin embargo, al llegar a la Inspección de Educación sí se las han admitido, alegando por un lado "los principios jurídicos de igualdad y no discriminación" de la programación didáctica del ciclo de Grado Superior, y por otro que la media aritmética de la primera evaluación y la de la segunda es de exactamente un 5, según consta en una resolución firmada por el director provincial, José Antonio Antón.

Martínez expresa su perplejidad por el argumento de la "no discriminación" y afirma que el criterio a aplicar en estos casos siempre ha sido que no se podía hacer media de dos evaluaciones si una de ellas estaba suspendida, por mucho que el sistema redondee al alza las notas (en el caso del alumno, en la primera evaluación tuvo un 3,6 que acabó siendo un 4 y en la segunda un 6).

"Yo tengo la conciencia muy tranquila, pero me siento atropellada y ninguneada", explica, porque se encontró la decisión tomada por parte de la Dirección Provincial a su regreso en septiembre y ahora no tiene opción a defenderse, además de considerar que hay una discriminación con el resto de los alumnos porque "había otros suspensos con un 4, pero como no han reclamado pues así siguen".

"Nos deja indefensos". El enfado monumental de esta veterana docente la ha llevado a dirigirse al Defensor del Pueblo, al que ya ha remitido la documentación que obra en su poder sobre todo este embrollo para tratar de encontrar su amparo. "Los alumnos tienen el derecho de reclamar, por supuesto, pero esto nos deja en una situación de clara indefensión y desautorización", insiste respecto a la posición del docente, cuya autoridad también quedó en entredicho en el caso de Roa aunque fuera por unas causas muy diferentes.

Aunque el criterio general tras la covid fuera que los resultados de la segunda evaluación no podían perjudicar a ningún alumno ante las especiales circunstancias de la pandemia, recuerda que "los suspensos provenían del primer examen de enero" y lamenta que "con este tipo de cosas te dan ganas de aprobar a todos los alumnos online", porque además asegura tener noticias de que se han admitido más reclamaciones de este tipo, aunque no puede precisar cuántas ni dónde.

Concluye Martínez que "todos lo hemos pasado mal en estas circunstancias y hemos estado encerrados, pero eso no da derecho a que el profesorado quede desautorizado ni a que se alegue una brecha digital inexistente, puesto que todos estos alumnos comenzaron el curso en 2019 con enseñanza no presencial".