La venta de viviendas en Briviesca crece un 36% en un año

S.F.L.
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Se trata de pisos adjudicados por bancos y casas antiguas que requieren una gran reforma, pero pueden adquirirse a partir de 12.000 euros. El perfil de los compradores corresponde a parejas jóvenes

El perfil del comprador de viviendas en Briviesca corresponde a parejas jóvenes con un asentamiento laboral. - Foto: S.F.L.

La venta de viviendas en Briviesca ha crecido un 36% en el último año.  A pesar de que la actividad económica en la ciudad no pase su mejor momento, la gente empieza a animarse a adquirir un hogar. Desde el Registro de la Propiedad explican que este aumento se debe a que la mayoría de las compras corresponden a pisos adjudicados por bancos y a casas antiguas que requieren una gran reforma pero con un precio de salida que ronda los 12.000 euros. En 2017 se enajenaron 53 viviendas y 50 en 2018,  mientras que durante 2019 se han firmado 78 transacciones y 93 domicilios se han heredado. Aunque  poco a poco las cifras se mantienen muy alejadas a los años previos a que estallase la crisis. 2007 se cerró con 209 acuerdos inmobiliarios.

Profesionales del sector que poseen sus negocios en la capital burebana afirman que el mercado continua en época de sequía, y que cada vez venden menos. «Muchas personas que quieren hacerse con un inmueble contactan con el propietario directamente y evitan intermediarios», afirman. El perfil de los compradores briviescanos corresponde a parejas jóvenes que cuentan con una estabilidad laboral. Los reformistas también se muestran interesados en la adquisición de pisos muy baratos. Les hacen una pequeña reforma y luego los alquilan. 

Las personas que décadas atrás mantenían una segunda vivienda en su lugar de fin de semana o vacaciones ya no lo hacen. «Alquilamos pisos para los meses de verano, pagan 500 o 600 euros y se olvidan de problemas», afirma una agente inmobiliaria. De hecho, muchos de esos clientes tuvieron que deshacerse de estas residencias porque era imposible hacerse cargo de todos los gastos. El coste medio de una propiedad en Briviesca oscila entre los 50.000 y 60.000 euros pero continúan bajando. Las hay baratas pero también de hasta 300.000 euros. 

Existen viviendas cuya adquisición resulta difícil por el estado que presentan pero los bancos se están desprendiendo de ellas a partir de los 12.000 euros. Realmente son casas que nadie quiere y que acaban comprando los reformistas porque la mayoría son muy antiguas y están construidas con una estructura de madera. 

Los particulares prefieren gastarse algo más de dinero pero encontrar un hogar cómodo y que necesite pocas reparaciones. Actualmente en la ciudad  se encuentran a la venta unas 350-400 viviendas. Según fuentes de inmobiliarias las más complicadas para vender son las terceras y cuartas plantas sin ascensor. Las primeras y segundas, aunque no dispongan de elevador, tienen más salida.

El registro de la propiedad afirma que se han contabilizado unas 26 operaciones trimestrales en compras y 31 por herencia en lo que va de año. Se ha llevado a cabo algún donativo de particulares de casas nobles en mal estado que se han donado al Ayuntamiento, como la de la calle Mayor 38. 

TRABAJADORES DE BURGOS ALQUILAN EN BRIVIESCA.

La liberalización de la AP-1 ha provocado que muchos de los briviescanos que trabajan en la capital de provincia, y que antes residían allí, hayan regresado y alquilado una vivienda en su ciudad natal. El precio de la renta en Burgos se ha disparado en los último tiempos mientras que en Briviesca se mantienen, otro factor importante que ha ocasionado la vuelta de ciudadanos. 

Según los datos ofrecidos por una agencia inmobiliaria, este año se contempla una subida en el alquiler de viviendas con respecto a  años anteriores. «Ha repuntado considerablemente pero no al 100%, no hay la demanda de hace años pero tampoco existe la oferta», manifiesta. A pesar de ello, en el municipio hay más gente que alquila que la que compra. El precio de la renta en la localidad oscila entre los 250 y 350 euros aunque existe la posibilidad de encontrar algo más barato, pero nunca en una inmobiliaria. La diferencia del importe se basa especialmente en el estado de la propiedad y de la antigüedad. Las personas que quieren vivir de alquiler suelen pertenecer a un grupo de gente joven empleada, pero como la situación laboral se encuentra en un momento de incertidumbre, la mayor parte no quiere comprometerse con una hipoteca y encuentra en la renta la oportunidad perfecta para independizarse. 

Los inquilinos buscan  casas nuevas, en buen estado, pequeñas, fáciles de calentar, de mantener y que se encuentren amuebladas. «No interesan pisos vacíos porque supone un incremento de gastos», añade. A pesar de que el peso de la balanza caiga sobre el alquiler, hay que tener en cuenta que Briviesca continua sufriendo malos tiempos económicos. Se han cerrado varias empresas y muchos pequeños negocios y tiendas han bajado la verja. 

Esta situación ha condenado a muchas familias a abandonar la ciudad y trasladarse a otros lugar donde prolifera más el trabajo. Pero también ha perjudicado considerablemente al sector inmobiliario. «El mercado no pasa por un buen momento, los precios siguen cayendo y cada vez cuesta más conseguir clientes», declaran.